NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA
Fue nuestro amor una ardiente pasión
radiante luz que llenaba mi sensible corazón.
No es posible, inconcebible que esa llama se apagó
quizás fue solamente una ilusión de los dos
y que mas da, si al final me enseñaste a querer entre tus brazos,
y vivir tantas noches de placer.
Y si el tiempo y la distancia nos ayudan a olvidar
volveremos amar.
Mi querido amor,
fue nuestro amor una ardiente pasión
que transformó nuestras almas pero ya terminó.
Donde quieras que tu vayas te deseo lo mejor,
que seas feliz, feliz, adiós.
No hay mal que por bien no venga,
No hay mal, No hay mal.
(Gloria Estefan, Mi Tierra, 1993)