Palermo
y Monreale
Enmarcada
por un espléndido panorama formado por los montes de la Conca d'Oro, por el
promontorio del monte Pellegrino y por el mar Tirreno, Palermo es una de las
ciudades más antiguas del Mediterráneo y, por sus monumentos artísticos, una
de las más esplendorosas de Italia. Sus alrededores, costas, montes y llanuras,
conservan aún la riqueza de la frondosa flora mediterránea en sus más
variados aspectos: de los limoneros al agave, de las chumberas al olivo, del
pino marítimo a las hierbas aromáticas y a las flores; mientras que su clima
es casi constantemente templado durante todo el año, excepto en verano cuando
sopla el siroco.
El turista que actualmente visita la ciudad y sus alrededores tiene la
posibilidad de abrazar en pocos días de permanencia el inmenso mosaico de
vestigios arquitectónicos de un pasado que va desde las ruinas grecofenicias a
la catedral altomedieval, del castillo feudal del siglo XIV a las fastuosas
iglesias barrocas, hasta llegar a las elegantes formas de la arquitectura
liberty que ha tenido en Palermo una de sus capitales mundiales. Este inmenso
patrimonio artístico y cultural se encuentra distribuido en un territorio que
se distingue también por sus notables atractivos naturales. Un territorio
extendido hacia el mar, pero que cuenta también con un interior montañoso, con
muchos bosques y atracciones naturales. Entre los montes y el mar se encuentran
circunscritas pequeñas, aunque risueñas, y frondosas llanuras, de las que la
Conca d'Oro es la más conocida por su característica vegetación
prevalentemente constituida por cítricos, sobre todo limoneros.
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