Muchos
años pasaron para que grandes músicos cubanos se
reunieran en un novedoso concepto llamado Buenavista Social Club,
también definido por sus propios integrantes como "un
sueño de jóvenes en cuerpos de viejos", una
fantasía que le ha dado la vuelta al mundo. Aunque todavía
no se hayan presentado en la "Pequeña Habana".
La cosecha del Grammy
Realidad o fantasía, lo cierto
es que este grupo de veteranos del son cubano ha ganado ya dos
Grammy: en 1997 por el disco Buenavista Social Club; en 1999
por Buenavista Social Club presenta a Ibrahim Ferrer y ahora
en el 2001 buscan un tercero desde el lado femenino de Omara
Portuondo.
Pero, ¿qué representa
para estos veteranos alcanzar uno de los máximos reconocimientos
de la industria musical, cuando los recuerdos han despintado
el cabello y el paso de los años se abulta en el rostro?
Nunca es tarde para
un amigo
El sentir de Ibrahim Ferrer, Rubén
González, Compay Segundo, Eliades Ochoa y toda esa generación
se resume en la voz de Omara, quien segura y humilde comenta,
"nunca es tarde para reunirse con los amigos y más
si se obtiene un premio, pues eso siempre será muy representativo
para la gente que hace música."
Cargados con una vitalidad de adolescentes,
los cómplices del Buenavista sugieren que su trabajo ha
sido llevar la cultura cubana por todo el mundo, a excepción
de la llamada "Pequeña Habana" de Miami, donde
el grupo jamás se ha presentado.
¿Actuarán
en la Pequeña Habana?
"Mucha gente nos ha preguntado
sobre una visita a la Pequeña Habana y nosotros estamos
dispuestos a presentarnos en cualquier lugar, pero también
estamos conscientes que no podemos entrar en la casa de alguien,
si no nos invitan primero", cuentan las voces del Club Social
con su característico acento caribeño.
De mirada alegre e incluso pícara,
Ibrahim Ferrer toma la estafeta para responder cómo se
puede vivir en un sueño por mucho tiempo. "Esta aventura
del Buenavista Social Club siempre nos pareció un sueño
de jóvenes en cuerpo de viejos.
"Yo me desperté de eso
al otro día, estoy seguro, pero todavía me pellizco
para ver si sigue siendo cierto y al parecer, así es."
Difícil juntarlos
a todos
Pero mientras para esos jóvenes
veteranos del son cubano la fantasía radica en recorrer
el mundo con su música, para la gente que los sigue la
ilusión es un poco más complicada: verlos a todos
juntos sobre un mismo escenario, pues hace tiempo que Compay
Segundo y Eliades Ochoa caminan cada uno por su lado.
"No se puede decir que nunca
vamos a tener un segundo encuentro, pues esa puerta siempre estará
abierta porque, más allá de ser un grupo de músicos,
somos un puñado de amigos", concluyen los viajeros
antes de proseguir por Puerto Rico, Cuba, México y Asia.
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