Vanguardismo y posvanguardismo en la plástica cubana (1927-1980).


En la plástica, como en otras esferas del quehacer, Cuba se mantuvo a la saga de los movimientos renovadores. Aquí todo llegó tarde, cuando había pasado su apoteosis.
La Revista de Avance (1927-1930), con su carácter renovador, cumple con actualizar la
cultura literaria, plástica y musical de los cubanos.
Su aparición en la dácada de 1920-1930, que Juan Marinello llamara con sobrada autoridadla "década crítica", marca un hito en la ruptura con el academicismo en la pintura dando a conocer los primeros renovadores de la plástica cubana, reflejos de una cubanía nutrida de toda la contemporaneidad y renovación que demandaba la época. Con la Exposición de Arte Nuevo que presenta la Revista de Avance en 1927 se destaca el movimiento vanguardista en la plástica cubana que aparece, más que como escuela independiente, como una amalgama de expresión y sentimientos que reflejan la rica mezcla que compone nuestro carácter (Casanovas 1965, 87-90).
En las páginas de la Revista de Avance aparecen los nuevos y viejos valores de la plástica cubana: Eduardo Abela, Rafael Blanco, Carlos Enríquez,
Victor Manuel García, Antonio Gattorno, Hernández Cárdenas, Ramón Loy, Hurtado de Mendoza, Domingo Ravenet, Massaguer, Jaime Valls, Romero Arciaga, Angelo, Enrique Riverón, Castanno, Segura, Sabas, Marcelo Pogolotti (Casanovas 1965, 19; Marinello 1989, 136-149).
El nacimineto de la nueva plástica cubana con las figuras simeras de Victor Manuel, Fidelio Ponce, Wifredo Lam, Amelia Peláez, Carlos Enríquez, Marcelo Pogolotti, Jorge Arche, Domindo Ravenet, Antonio Gattorno y Eduardo Abela es seguido, entre otros que protagonizan un nuevo auge en el movimiento renovador en la plástica cubana (la generación del 40 o también llamada de "Orígenes" por la revista de Lezama Lima y Rodríguez Feo; Mosquera 1993, 195; Comisión Nacional Cubana de Cooperación Intelectual 1941), por Mariano Rodríguez,
René Portocarrero, Mirta Cerra, Roberto Diago, José Mijares, Mario Carreño, Raúl Martínez, Angel Acosta León, Luis Martínez Pedro, Antonia Eiriz, Servando Cabrera Moreno, Orlando Llanez, Cundo Bermúdez, María Capdevilla, Enrique Caravia, Estebán Domenech, Armando Maribona, Domingo Ramos, Antonio Rodríguez Morey, Daniel Serra Badue, Gerardo Tejedor, Estebán Valderrama, Roberto Vázquez, Federico Villalba, otros abstraccionistas ("Los once" a partir de su exposición de 1953; de Juan 1980, 55-59) y pintores concretos y Arístides Fernández, exponentes de una etapa, como dijera Marinello (1989, 449) "...más hecha, más de dominio y afirmación".
Esta etapa está caracterizada por la definitiva ruptura con la imagen europizada (las más de las veces afrancesada) de la pintura cubana. La nueva plástica no quería recordar en su contenido el pasado regido por los cánones europeos; aspiraba a una obra auténticamente cubana que logran en muchas de sus aristas. En el tratamiento del tema religioso van a reflejar la peculiar religiosidad del cubano, alejada de dogmatismos y práctica militante y repleta de una cierta superstición mestiza y popular. El primitivismo modernista (lidereado, entre otros, por figuras como Pablo Picasso y Andre Breton) alimenta el interésde los anguardistas por los temas cubanos, recreando con una mezcla de expresionismo y surrealismo, entre otros, los temas relacionados con las religiones afro-cubanas (Martínez 1994, 74-94). Dentro de este contexto, la obra de
Wilfredo Lam, el más universal de los pintores cubanos, aunque movida por el mismo interés, es más simbólica y con una visión más desde adentro (quizás por su propio origen en parte africano) de los ritos religiosos afro-cubanos.
Con el triunfo de la revolución cubana en 1959 se fortalecen y desarrollan las instituciones de educación artística,incluyendo las artes plásticas. Durante este periodo se forman un número grande de artistas y profesores que marcarán el quehacer pictórico cubano de las décadas siguientes. Esta etapa tiene una definición conceptual y no precisamente "de corriente artística", que no existe, al menos como guía o definición de este periodo. Estos años se caracterizan más bien por una reafirmación de los maestros del Vanguardismo que alcanzaron este periodo junto con el surgimiento y desarrollo de nuevos y viejos valores, con una obra más hecha y cada vez más propia. No obstante, el fenómeno de su impacto en
la sociedad cubana, permanecen generalmente poco estudiados.
o unos pocos nombres se identifican como paladines de este periodo y en su inmensa mayoría coinsiden con los ya establecidos vanguardistas e integrantes de la generación de¨"Orígenes". Entre ellos sobresalen
René Portocarrero, Antonia Eiriz, Servando Cabrera Moreno, Mariano Rodríguez, Alfredo Sosabravo, los importadores del expresionismo abstracto en Cuba (como Guido Llinás, Hugo Consuegra, Fayad Jamís y Raúl Martínez, quien irrumpe con el arte pop en los años 70) (Pau-Llosa 1989, 65-88), los artistas concretos Luis Martínez Pedro (figura cimera en Cuba), Sandú Darié, Salvador Corratgé, Loló Soldevilla y Pedro de Oraá y la nueva generación que florece en los 70`s y que marca la etapa del Nuevo Arte Cubano con Roberto Fabelo, Pedro Pablo Oliva, Zaida del Río, Nelson Domínguez, Eduardo Roca (Choco), Manuel Mendive, Ever Fonseca, Flora Fong, Tomás Sánchez, César Leal, Nélida López, Gilberto Frómeta, Aldo Menéndez, Flavio Garciandía, etc. En esta etapa se plasma con más definición el tema religioso afro-cubano y aparecen algunas obras con alegorías religiosas. Ejemplo de ello son los "gallos" (símbolo de la fuerza viril que se sacrifica a Changó y Yemayá) de Mariano y las "Santa Bárbaras" y "diablitos" de Portocarrero