LA BERENJENA

"Toda la historia humana confirma que la felicidad del hombre, pecador ambriento, desde cuando Eva comió la manzana, depende mucho por el almuerzo"

[Lord Byron]

Los dos pasejaban entre el explendido jardin sosteniendose reciprocamente.

El achacosa pareja estaba mucho enviejecita a esta altura y al mirarla habría rendido creibles aquellos futuros cuentos donde se narra que algunas personas llegaran a rozar las miles primavere de edad.

Abanzaban encorvados bajo el peso de los años y esto condicionaba su dieta limitandola a los productos crescentes cerca del suelo, no podiendo más alcanzar los gustosos frutos de los arboles.

Hacia las once y tres cuartos de la mañana llegaron cerca de la planta de la malenjena, al rededor de una gruesa piedra sobre del cual un malparado y otrotanto viejo serpiente estaba calentandose a los rayos del sol.

< Hola humanos, estais todavia en giro? >

< Mira a quien hay aquí! Que estas mordisquerando? >

El reptil buscaba de engullir una cosa mucho gruesa y desconocida por los dos.

< Cuanto son ignorantes Ustedes, nuestros dientes sirven solo a engollar, de todas maneras esto es una comida que Ustedes todavia no pueden conocer, se llamará "parmigiano": un verdadero bien de dios!>

Pronunciando esta última frase el serpiente no pudo entratener una ligera risotada.

< No nos provoques, sabes que no podimos cocinar los frutos de la planta de la malenjena, ni aquellos de la bienenjena de otra parte. >

< Porqué estan tontos! Y ademas, El Viejo es todavia más carcamal que Ustedes, piensen que no se recuerda ni siquiera cuando nació y así quiere hacer creer a todos que siempre existitió! >

La mujer parecía menos prevenida hacia el animal.

< Tienez razón una vez cada tanto. Devine siempre más aburidor, menos mal que se hace ver poco.>

< Entonces, tengo una propuesta: yo divido esto enorme fragmento con voi y además vi ensiño como preparar estas grandes bayas empanandole con el parmigiano que nos ralleremos sobre. De acuerdo? Ustedes las coucinan y yo engullaré mi parte, pues todo entero esta cosa estrangularía tambien mi primo el cocodrilo. >

El instinto de la cocinera volvió a la mujer despues muchisimos años de remoción.

< Dai, hacemos como dice el, hoy es el quinto dia de la semana y aquello debe estar en algun nuevo planeta a separar las aguas por la tierra. >

El hombre no parecía todavia convencido y entonces el serpiente añadió:

< Escuchala, estas casi totalmente sin dientes y crudas estas no le puedes comer; y despues cada tanto hay tambien que variar la dieta! >

< Ma Él ha dicho que no debemos .. >

< Él, Él .. aquello es simplemente geloso por Ustedes y estaría bien decepcionado de deber admitir que el restaurante de Sant'Honoré no es aquel gran lugar del cual se charla. >

El serpiente usaba siempre la misma tecnica con los humanos: per istigarlos a desobedir adulaba su sentido critico umiliado por limitaciónes aparentemente sin sentido, como aquello de no cocinar algunos frutos y algunas verduras que aquello explendido jardin ofrecía sin limitaciónes.

Ademas juegaba tambien sobre la escasa memoria de los dos que no recuerdaban más como había parado la desafortunata comida antecediente, algunos centenares de años atras.

Despues haber confabulado con la mujer y si bien todavia poco convencido, el hombre agarró con una mano el serpiente y con la otra el quezo per rallarlo contras las escamas del lomo del rectil.

(Podimos retener el rallador como la primera invención humana?)

Per su parte la mujer cortó a tajadas la malenjena de manera más convenciónal aiudandose con una silex y despues la puso sobre una obscura piedra llana rendida candente por el sol alto del mediodia.

Chisporoteando el parmigiano se deslizó ledamente y recubió por un invitante mantel blanco las tajadas emanando uno escarbante parfume.

Los tres comenzaron avidamente la comida arresgando de quemarse los dedos en el temor de quedar retrasados y comerse algunas tajada en menos de los otros.

(Per la invención de los tenedores hay todavia que esperar)

Las porciónes eran de toda manera abundantes y pronto los comensales reducieron su vehemencia encontrando el tiempo per algunos comentarios.

< Que comer de dioses! >

Lupus en fabula el grande viejo comparió improviso: nob ostante el universo en continua expansion ahora Él tenía buena mano y tambian había inaugurado la semana corta. Al viernes a mediodia ya volvía a descansar.

Rivedendo, a distancía de siglos, nuevamente juntos similares eterogeneos comensales sacudió la cabeza como per decir: aquí un otra vez!

De todas maneras tenía aire mucho cansada y debía tambier tener hangre pues se sentió en silencio y probó la ultima tajada que el hombre le pasó casi sacandoselá de boca con un poco de pena.

Los tres quedaron teimorosos en silenzio en espera del juicío mientras el gran gourmet masticaba con calma y aparente destaque.

Debieron gusrtarle una galazia pues al final se chupó los espesos bijotes y se limpió la boca con su larga barba blanca y inmacolada.

(Per la invención de la servilleta mira la voz "tenedores")

< Eh brava Eva! mucho mejor de aquella miserable tarta de manzanas de hace alguonos siglos! Va bien, me han convencido: esta vez autorizo vos y Adán a abrir vuestro restaurante!>

Los dos nuestros progenitores se embrazaron felices, mas ay de mi, en el mismo rato descubrieron de estar desnudos y se cubrieron con hojas de higueras.

(invención del delantal)

El serpiente exultó en un primero momiento per sus amigos, mas su componente infernal nunca del todo adormecida lo empujó a preguntar con aire resentida:

< Y a mi? >

< No romper las pelotas Satana, ya vos posees un horno en el semisótano, esta tarde vengo a comerme una pizza .. a las BERENJENAS obviamente, pues desde ahora en adelante las llamaremos así. >

Bruno GIULIANO 2000

Original en italiano:

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