La OSPAAAL y sus ediciones Tricontinental.

Tribunas de la Solidaridad

Uno de los acuerdos más trascendentes de la histórica Primera Conferencia de los Pueblos de Africa, Asia y América Latina, realizada en enero de 1966 en la capital cubana, lo constituyó la fundación del órgano que daría seguimiento a sus acuerdos y se convertiría en el instrumento ejecutor de la política trazada por dicho cónclave.

Una resolución aprobada entoncese señalaba que en consideración a la amplitud tomada por el movimento revolucionario en Africa, Asia y América Latina, y dada la urgencia de coordinar e intensificar la solidaridad para reforzar la lucha contra el imperialismo, el colonialismo y el neocolonialismo, se decidía crear como medida inmediata, una estructura permanente con el nombre de Organización de Solidaridad de los Pueblos de Asia, Africa y Amèrica Latina.

Dicha organización estaría dirigida por un Secretariado Ejecutivo Permanente, integrado por un Secretario General y doce secretarios (cuatro por cada continente); y tendría su sede en la Ciudad de La Habana.

Actualmente el Secretariado Ejecutivo lo componen representates de organizaciones de la República de Angola, Guinea, y Africa del Sur; de la República Popular Democrática de Corea, Viet Nam, Siria y Palestina por Asia; y por América Latina, Cuba, Puerto Rico y Guatemala.

Durante estas tres décadas la OSPAAAL ha desempeñado un papel clave en el estímulo y apoyo al movimiento revolucionario, pese a las complejas circunstancias en que tuvo que desplegar su labor.

Luego de una larga trayectoria de actividad revolucionaria, fiel al mandato de la Conferencia Tricontinental, nuestra organización continúa desempeñando su papel en favor de las causas más justas de los países subdesarrollados.

El mundo ha cambiado. La nueva situación internacional se caracteriza hoy por el predominio de un mundo unipolar, donde ejerce su hegemonismo el imperialismo norteamericano. Al propio tiempo, se agravan los males que mantienen sumisos a los países del Tercer Mundo en el más horrible atraso y desamparo social.

En estas condiciones, y adaptados a los nuevos tiempos, proseguimos nuestra labor con los objetivos que han identificado la lucha histórica de los países pobres por sus más sentidas reivindicaciones.

Por ello, la OSPAAAL se define como una organización no gubernamental, de carácter internacional, cuya misión cimera, a partir de sus principios fundacionales, es ofrecer, canalizar y enlazar en un solo haz la solidaridad entre los pueblos de Africa, Asia y América Latina, en torno a sus justas luchas y reivindicaciones fundamentales, por una existencia digna en un mundo donde se garantice la independencia nacional, la soberanía, la autodeterminación, la legitimidad étnico-cultural y el desarrollo social, entendido este como el derecho inalienable de los pueblos a una distribución equitativa de las riquezas, el empleo seguro y bien remunerado, a la educación, la salud, a una vivienda decorosa y a disfrutar de un medio ambiente sano.

La OSPAAAL ha sido, es y será consecuentemente con a su máxima de expresar la solidaridad con los pueblos del Tercr Mundo a partir del enfrentamiento legítimo de éstos a las prácticas imperialistas, colonialistas y neoliberales que los afectan, así como contra toda manifestación de discriminación, ya sea económica, social, sexual o étnico-cultural.

Entre las muchas tareas y actividades de la organización en estos 30 años, sobresale la importante función realizada por sus ediciones Tricontinental, y específicamente su revista homónima, que han devenido como muestras ejemplares de divulgación revolucionaria, distinguidas por la seriedad y profundidad de sus trabajos, y el prestigio de sus autores, todo lo cual ha servido, además, como vía para esclarecer cuestiones vitales de la lucha de los pueblos.

La revista Tricontinental surgió a la luz pública en agosto de 1967 y su antecedente más honroso fue la edición, ese mismo año, de un suplemento especial donde se dio a conocer el famoso "Mensaje del Che a la Tricontinental", donde el comandante Ernesto Che Guevara, desde la selva boliviana, enviaba su mensaje de esperanza y aliento a los pueblos y a los revolucionarios que en el mundo batallaban por su liberación.

Una medida de la repercusión que alcanzaban las publicaciones de la OSPAAAL, la dieron las campañas emprendidas en su contra por las fuerzas más reaccionarias del mundo. Ello comprendió confiscaciones de números de Tricontinental en algunos países, amenazas contra sus editores; e incluso, años atrás, se llegaron a realizar falsificaciones mediante refinados procedimientos con el propósito de confundir y dividir a los movimientos revolucionarios y, en definitiva, para menoscabar el renombre y la confianza que se había ganado ya la revista.

No podrían dejar de menoncionarse entre las ediciones Tricontinental los afiches, que por la apreciable calidad estética de su diseño e impresiones, así como por la fuerza de su mensaje, han logrado un espacio preferncial entre los admiradores del cartel político de cualquier parte del universo, y una reputación artística y política.

Identidad de objetivos y nuevas perspectivas

Luego de sus 30 años de vida, las razones que dieron lugar al nacimiento de la organización continúan vigentes. Ayer fue el respaldo a la lucha armada contra el colonialismo y por la liberación nacional de los pueblos; hoy es la denuncia contra cualquier injusticia y la movilización de la opinión pública mundial, unido a la alianza con todas la fuerzas progresistas del mundo, en la exigencia sólida y radical de que se introduzcan soluciones verdaderas y definitivas a las iniquidades que todavía laceran a esta parte del planeta.

Seguirán siendo objetos de nuestra sostenida atención los mil 200 millones de personas que viven en la pobreza absoluta, los mil millones de analfabetos y los mil 500 millones de imposibilitados siquiera de disfrutar de los servicios primarios de salud. También la cancelación o búsqueda de una salida realista a la pesada carga de la deuda externa, que ya totaliza más de 1.8 billones de dólares y absorbe cuantiosos recursos financieros que podrían dedicarse al desenvolvimiento social de los países atrasados.

Igualmente, constituye una postura definitoria de la OSPAAAL el rechazo a las acciones económicas, comerciales, financieras y otras de las más poderosas potencias mundiales, y a sus empresas transnacionales, que saquean despiadadamente los recursos naturales, interfieren en las actividades económicas de nuestros países y al mismo tiempo provocan la degradación del medio ambiente.

En consecuencia, secunda plenamente los esfuerzos llevados a cabo hoy para preservar el medio ambiente y la ecología, y salvaguardar así las condiciones de vida de las generaciones futuras.

Asimismo, la Organización combate resueltamente en todos los foros internacionales y por todas las vías posibles la utilización de los bloqueos económicos, comerciales y financieros impuestos por las potencias imperialistas, como un instrumento de presión política contra los pueblos y que constituyen crímenes de lesa humanidad.

Defiende el derecho de todos los países y, en especial, los subdesarrollados a vivir en un contexto internacional pacífico, de respeto a la soberanía y a la independencia nacionales donde prevalezca la voluntad de los pueblos en la elección libre del régimen socio-político y económico que estimen más adecuado.

Es también razón de ser la la OSPAAAL, la condena a las agresiones imperialistas y otros ataques de esa naturaleza contra cualquier país y pueblo, rechazando los argumentos y pretextos mediante los cuales siempre se tratan de justificar tales acciones.

Ineludiblemente, el compromiso político y la esencia de la organización nos conducen a criticar firmemente la aplicación de la política neoliberal, que ha acentuado las deformaciones estructurales de nuestras economías y ha acarreado severos retrocesos en la situación socio-económica y política de las poblaciones del Sur.

Del mismo modo nos oponemos a cuantos prejuicios y discriminaciones en materia de género, etnia, raza y otros que impiden la integración social y obstruyen el progreso económico y social de nuestras naciones.

En fin, toda causa justa, popular y consecuente con los intereses de los pueblos de los países subdesarrollados, hallará invariablemente en la OSPAAAL inmediata acogida; y en función de ésta se pondrán siempre sus afanes y modestos recursos.

Dr. Ramón Pez Ferro

Secretario General de la OSPAAAL

La Habana, abril de 1997

 

 

El cartel de la OSPAAAL

Arte de la solidaridad

Prólogo

El triunfo del al Revolución cubana el 1ro de enero de 1959, constituye un hito en América Latina que viene a fortalecer los movimientos revolucionarios, a desarrollar la necesaria solidaridad entre los desheredados y a sumar su experiencia de combate y voluntad política contra el neocolonialismo y el imperialismo. Este acontecimiento latinoamericano favorece la consolidación de la libertad alcanzada por la mayoría de las antiguas colonias europeas de Asia y Africa, proceso desencadenado al ser derrotado el fascismo en la Segunda Guerra Mundial.

Los nuevos estados afroasiáticos, aspirantes a su total emancipación político-económica y al desarrollo cultural, científico y tecnológico como premisa para satisfacer las postergadas reivindicaciones de sus pueblos, conscientes de la urgencia de vincular solidariamente sus esfuerzos con la finalidad de elaborar una acción colectiva, celebran en 1955 la histórica conferencia de Bandung, donde aunan voluntantes protagónicas de dos continentes subdesarrollados. A esta le siguen otras dos conferencias y en 1965, al efectuarse en Winneba la Cuarta Conferencia de Solidaridad – en virtud del constante e irrestricto apoyo expresado por la Revolución Cubana ante las legítimas luchas de los pueblos afroasiáticos contra las prácticas coloniales e imperialistas -, se adopta el acuerdo de realizar en La Habana la Primera Conferencia de Solidaridad de los Pueblos de Africa, Asia y América Latina.

El evento, de alcance universal, tiene lugar en la capital cubana del 3 al 15 de enero de 1966, coincidiendo con el séptimo aniversario de la victoria revolucionaria en Cuba. Fructifica entre los logros de la Conferencia la constitución de la Organización de Solidaridad de los Pueblos de Africa, Asia y América Latina (OSPAAAL) con una estructura permanente y los objetivos de unificar, coordinar e intensificar la solidaridad del Tercer Mundo y a la vez reforzar su lucha contra el colonialismo, el neocolonialismo y el imperialismo.

En abril del proprio año la Organización comienza a editar el Boletín Tricontinental y en agosto de 1967 publica el primer número de la revista homónima, adjuntando un cartel de pequeño formato doblado en su pliego central. Germina así el arte del cartel político de la solidaridad tercermundista.

Antecedentes del arte del cartel

Históricamente el cartel surgió como grafismo publicitario en Europa alrededor de 1879 y careció de función política hasta la declaración de la Primera Guerra Mundial, ocasión en que los gobernantes de las naciones en conflicto reconocen la eficacia del cartel como medio de propaganda y deciden utilizarlo en campañas patrióticas.

No obstante, al cartelismo no se le reconoce valor artístico hasta después de 1918, etapa en que los fervorosos movimientos revolucionarios europeos lo adoptan como medio proselitista y de exhortación, especialmente en Alemania, Rusia y Hungría. A estos se suma la cartelística de los expresionistas, dadaístas e impresionistas tardíos, quienes utilizan los carteles como promoción de diversiones y espectáculos. Así, a pocos lustros de su aparición y con mayor celeridad que a otras formas artísticas de anterior data, se le reconoce al cartel su condición como manifestación del arte.

En Cuba, al igual que en el resto del mundo, los orígenes del cartelismo se vinculan fundamentalmente a la publicidad comercial capitalista. Sin embargo, la Revolción Cubana desde su etapa inicial acoge al cartel, lo recontextualiza y lo emplea como medio divulgativo de forma masiva y con certera eficacia en funciones políticas, movilizaciones populares, campañas de salud, de educación y promociones culturales, entre múltiples actividades nacionales.

Se responsabilizan y auspician este movimiento del cartel diferentes organismos e instituciones del Estado revolucionario. Sobresalen por el aspecto creativo, comunicativo y estético de su producción gráfica: el Ministerio de Obras Públicas (MINOP), Ministerio de la Construcción (MICONS), Instituto del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), Consejos Nacional de Cultura (CNC), Comisión de Orientación Revolucionaria (COR), Departamento de Orientación Revolucionaria (DOR) y Casas de las Américas. Estos emplean o contratan los servicios de jóvenes dibujantes procedentes de la esfera publicitaria y a pintores nacionales, confiándoles la concepción y realización de carteles. Al principio utilizan como referente variadas fuentes documentales internacionales con cáracter de legado cultural universal. Ejemplos: carteles polacos, japoneses, suizos, checoslovacos, sin excluir los anuncios norteamericanos ni los movimientos de la vanguardia plástica del siglo XX, la imaginería consagrada y los mitos convertidos en símbolos capitalistas. Pero los referentes son asumidos críticamente subvirtiendo sus significantes a fin de expresar y divulgar conceptos sociopolíticos revolucionarios con léxico gráfico-estético contemporáneo, atractivo, claro y directo.

La gran variedad de carteles que diariamente se ejecutan, reproducen y ubican en espacios públicos, unido a la consideración social y libertad expresiva disfrutada por los diseñadores, los estimula y dota de gran agilidad conceptual y destreza técnica, a la vez que contribuye a desarrollar la sensibilidad y la percepción de las masas. De tal forma, el cartel se populariza en toda la nación y genera una cultura gráfica nacional de elevado nivel.

Estas son las fuentes endógenas y exógenas que sustentarán gráficamente a la OSPAAAL en sus pasos iniciales.

El cartel de la OSPAAAL. Paradigma cultural

A partir de su génesis, la naciente organización adquiere un profundo compromiso político de trascendencia internacional: dirigir mensajes gráficos sistemáticos, atractivos, novedosos y, desde luego, con eficacia ideológica explícita e implícita para una amplia recepción de tres continentes con orígenes, culturas y lenguas diferentes.

Para cumplimentar tales presupuestos, inéditos hasta 1967, sin referentes nacionales o foráneos de calidad en la función específica de la comunicación gráfica tercermundista, era menester que el cartel de la OSPAAAL recorriera una vía no transitada hasta la fecha.

Ahora bien, la recién constituida Organización podía valerse de una cantera de jóvenes diseñadores cubanos con dominio artístico-técnico y portadores de una cultura ideológica internacionalista, fomentada por la voluntad política de la Revolución.

Desde el comienzo, los nuevos diseñadores de la OSPAAAL seleccionan el camino de la negación crítica mediante la apropiación, con carácter de materia prima riciclabe, de los anuncios y de la psicología publicitaria, de la simbología y mitos capitalistas, junto a las obras escultóricas y pintóricas patrimoniales de la humanidad realizadas desde la antigüedad remota, incluidos el clasicismo y los valores aportados por los movimientos de la plástica contemporánea.

Conjuntos iconográficos divulgados por los medios informativos y culturales de Occidente son manipulados reflexivamente, recreando novedosas e impactantes realidades con significaciones aprehensibles y destructoras de convencionalismos. Complementan las representaciones, textos breves en español, inglés, francés, árabe, estructurados de conjunto en forma armónica y homogénea para lograr eficaces resultados comunicativos.

El cartel de la OSPAAAL impulsa su desarrollo a partir de la integración de efigies antiguas con elementos contemporáneos e ideologías contradictorias entre sí, en gráfico malabarismo, violenta cánones y dependencias de espacio y tiempo; yuxtapone o imbrica pasado y presente; crea, en aparente absurdo, metáforas visuales portadoras de enfoques y proyecciones dirigidas a la conciencia de los destinatarios para estimular vivencias internas, pretensiones legítimas y virtudes humanas.

De modo sucesivo en ocasiones y simultáneo en otras, este cartelismo refleja estilos, léxicos, gráficos, técnicas, procedimientos y concepciones disímiles durante su trayectoria.

Adopta el símbolo, la síntesis, la fotografía contrastada o sobrexpuesta con imágenes de gente anónima de variadas etnias; dibuja con realismo rostros de héroes, patriotas, mártires y personalidades prominentes; manipula mapas y enseñas nacionales. Con proyecciones renovadoras o experimentales asume también recursos y códigos provenientes de la imaginería, del collage, del fotomontaje, del surrealismo, del arte medieval, del pop art, del fotorrealismo, de la xilografía, de la serigrafía y de la imagen extual con tipografía contemporánea. Incorpora además la maqueta artesanal tridimensional, juguetes y artefactos industriales codificados por el arte objetual del mecanismo consumista de la moderna civilización de masas.

Mediante una incesante apropiación creativa y articulante, esta manifestación de las artes visuales borra no sólo las fronteras entre pintura y fotografía, sino que explota de modo subversivo cuantos medios considera propicios para la transmisión de mensajes generadores de compromisos sociales y estimuladores de esperanzas por una existencia más digna.

La OSPAAAL, fundamentando sus expresiones ideo-gráficas en principios morales de justicia, equidad, generosidad y solidaridad, llega a establecer un cartelismo con funciones políticas internacionales que deviene documento histórico-artístico de singular categoría.

Durante sus tres décadas de existencia el cartel de la OSPAAAL ha sido distinguido tanto por su excelencia ideo-estética-comunicativa, como por su eficacia renovadora en el empleo de sus recursos gráficos y la fieldad sostenida en su compromiso social con los desposeídos del mundo.

Cuenta en su haber como saldo la facultad de evocar y enaltecer elevados valores éticos y morales, unidos a la virtud de promover ideas justas y altruistas y, asímismo, fortalecer el internacionalismo solidario tercermundista que lo generó.

En su concepción gráfica ha predominado el eclecticismo estílistico, la yuxtaposición cultural y el sistemático incremento de su léxico expresivo.

Resulta impresionante la diversidad de pueblos a los cuales ha dirigido su mensaje, la variedad temática abordada, la multiplicidad de influencias asumidas críticamente, el usufructo de la simbología cultural de Occidente con carácter de pertenencia y metabolización de sus significantes liberados de sus condicionantes primigenias.

La emisión comunicativa carente de ingenuidad o elitismo ha permitido su percepción y valoración tanto por intelectuales como por analfabetos de nacionalidades y culturas diversas de los cinco continentes.

En resumen, el carte de la OSPAAAL ha sido paradigma del multiculturalismo, un leal exponente ideo-estético de los principios revolucionarios de la Organización que le dio vida y que está considerada a escala internacional entre las agencias de propaganda más prolíficas y eficaces.

Eladio Rivadulla Pérez

Ciudad de La Habana, febrero de 1997