S. Pedro en el Vaticano
Jardines del Vaticano
(Solo visita guiada. Ver Información Practica). L’Arco della Campana (el Arco de la Campana) Protegido por la Guardia Suiza, ataviada con los mismos uniformes del siglo XVI (salvo las alabardas, que han sido sustituidas por fusiles).
Si atravesamos la plaza de San Pedro pasando por el primero de los arcos de la Sacristía del Santo, veremos sobre el suelo un dibujo en piedra blanca y negra que señala el punto donde estaba el obelisco que marcaba el centro de la “spina” (ver Circo Máximo) del Circo de Calígula y Nerón.
Cristianos (San Pedro), prisioneros de guerra, criminales y en general aquellos que no contaban con el favor del emperador murieron martirizados en este lugar.
Los Jardines están decorados con los regalos recibidos por los papas: fuentes, estatuas... Destacamos la Casina di Papa Pio IV. En 1558 este papa Medici encomendó a Ligorio (con la ayuda de Giovanni Sallustio Peruzzi, hijo de Baldassarre) la construcción de dos pabellones o áreas de descanso. Situados uno enfrente del otro están separados por un patio oval protegido por una muralla. Los edificios están decorados con estucos, columnas, nichos y estatuas. No pasemos por alto los querubines de la fuente central.
Estudio del Mosaico
(Solo visita guiada. Ver Información Practica). Se construyó como taller para elaborar copias de los dibujos pintados al óleo que retrataban a San Pedro (muy deteriorados por el paso de los siglos). También se utilizó para fabricar el vidrio multicolor de los mosaicos que adornarían las iglesias del mundo cristiano (las piezas llevaban el estigma del Vaticano en relieve).
En el 1731 d.C. se inventa un nuevo tipo de vidrio para mosaicos con una pátina oleosa antireflactante. El Vaticano se hace con la patente y deja de comprar el vidrio de Venecia.
Hoy, todas las pinturas de San Pedro, salvo una, son mosaicos. El más antiguo se encuentra en la Basílica, a la izquierda del transepto derecho, y representa a San Pedro en el lago Tiberiades. El maestro Cristofari, famoso artista de mosaicos, se basó en un dibujo de Miguel Ángel Ricciolini y tardó seis años en terminarlo.
Hoy se hacen piezas por encargo.
