Edad MediaLos Siglos Oscuros


Desde el 395 al 1377

395. Muere Teodosio I (378-395). Después de haber llevado la guerra hasta Inglaterra y los Balcanes es obligado a enfrentarse a Eugenio, un usurpador establecido en Roma. Teodosio sería a Roma lo que Francisco José al Imperio Austro-Hungaro: ambos propiciarían el fin de sus respectivas superpotencias. A su muerte, el Imperio queda dividido entre sus dos hijos en Imperio Romano de Oriente y Occidente. Al frente de éste último le sucede Honorio, que habría de ser el más débil de todos los emperadores romanos.

Corona de espinas409. Honorio reconoce la independencia de Inglaterra.

410. El rey Alarico saquea Roma.

439. Los vándalos conquistan las posesiones del Imperio en Africa.

452. El papa León I consigue que Atila - que había llegado a las puertas de Mantua- renuncie a la conquista de la Italia central.

455. El papa León Magno logra disuadir a Genserico, cabecilla de los vándalos, para que no incendie Roma ni torture a sus habitantes. Sin embargo no consigue evitar el saqueo de la ciudad.

476. El bárbaro Odoacro depone a Rómulo Augústolo, el último emperador de Occidente, y se hace con el poder: desaparece el Imperio Romano de Occidente. En Oriente Constantinopla se hace con la capitalidad del Imperio y pasa a llamarse Bizancio. Se afianza el poder del papa, obispo de Roma.

535-53. Se acentúa la decadencia de Roma: la ciudad sufre continuos asedios y saqueos a manos de los godos de Teodorico; las plagas de peste y la hambruna diezman a la población y la administración civil se desploma. Sólo la Iglesia parece resistir.

568. Los longobardos, una tribu germánica, conquistan el Norte de Italia y expanden su dominio hasta las puertas de Roma. Una plaga de malaria, provocada por la falta de salubridad de las aguas, diezma los campos.

590. Inglaterra se convierte al catolicismo gracias a la labor del papa San Gregorio Magno. Los longobardos asedian Roma y el papa intercede para que se retiren. Se fortalece el poder papal.

Siglo VII. La población, debido a las frecuentes plagas de malaria, se concentra en las colinas de la ciudad; Roma queda en manos de núcleos dispersos de ciudadanos (el más numeroso se asienta en el Laterano) y los palacios yacen abandonados, cubiertos por el fango. Los papas luchan contra los antipapas, la Iglesia contra la aristocracia, y los emperadores contra el poder papal.
Los normandos, longobardos, francos y húngaros aprovechan la coyuntura para conquistar nuevos territorios. Los papas se convierten en los verdaderos dueños de la ciudad y su única misión es la de proteger a toda costa los intereses de la Iglesia (posesiones, dogmas y elecciones).
Se cuenta que un monje inglés, el venerable Bede (672-735), en su visita a Roma, crea el dicho popular: “ Roma perdurará mientras el Coliseo siga en pie. Cuando éste caiga, también Roma caerá y con ella el mundo entero”.

Siglo VIII. El emperador de Bizancio desencadena las persecuciones iconoclastas al ordenar la destrucción de todas las imágenes de Cristo y de los Santos. El papado condena la decisión del emperador. Los longobardos se alían con Bizancio y amenazan con atacar el feudo papal (Roma).

752. El papa Esteban II pide ayuda a los francos. Su rey, Pipino el Breve (padre de Carlo Magno) derrota a los longobardos nrl 774 y sanciona la independencia del papado del Imperio Bizantino.
La Iglesia extiende sus dominios e impone su poder temporal sobre dos tercios del territorio italiano.

Corona de Carlo Magno800. En Roma el papa León III; con la intención de consolidar la unidad de los católicos, proclama a Carlo Magno primer emperador del Sacro Imperio Romano. Sin embargo sus 1000 años de historia se caracterizarían por las continuas luchas de poder entre los sucesivos papas y emperadores.

849. Se detiene el avance de los árabes. El papa León IV defiende la ciudad frente a la invasión de los sarracenos, que ya se habían establecido en Sicilia.

855. Según la leyenda la mítica Juana es elegida Papisa por unanimidad (como ocurrió con Juan VIII). Esta mujer de origen inglés se disfrazó de hombre e ingresó en el sacerdocio tras haber viajado por Europa junto a su profesor y amante.
Más tarde se estableció en Roma y se convirtió en cardenal. Debido a su gran cultura y preparación no tuvo rival que pudiera competir con ella y fue elegida papa por unanimidad sucediendo a León IV.
Su suerte cambió cuando durante una procesión papal entre San Juan de Letrán y San Pedro dio a luz un hijo. Los religiosos al descubrir que se trataba de una mujer la rodearon y el populacho la mató a pedradas.
A pesar de tratarse de una leyenda en la ceremonia de elección del papa todavía sigue en uso el ritual de la ”Chaise Percée”, que consiste en una “inspectio corporis” realizada a través de un orificio en el trono papal para comprobar que el elegido sea un hombre.

875. Muere Luis II, bisnieto de Carlo Magno, y con él las esperanzas de reunificar Italia. Habrían de pasar 1000 años antes de que se consolidara la unidad de la península.

Finales del siglo IX y X. Época de anarquía en la que la nobleza lucha entre sí para quedarse con el papado y compartirlo con sus hijos y amantes.

931. Mujeres influyentes. Juan XI -hijo del papa Sergio III y Madonna Marozia, una de las mujeres más poderosas de la Roma de la época es elegido Papa -. En Florencia también manda una mujer, la condesa Matilde de Toscana. Las mujeres van ganando poder en el Norte de Italia.

955. Invasión de los húngaros. El rey sajón Oton I derrota a los húngaros y es proclamado emperador por el papa Juan XII. La elección de éste último es impugnada: se alega que el pontífice posee el título de príncipe de Roma (dignidad incompatible con la de papa).
Sus enemigos le acusan de haber trasformado el Laterano en un burdel. Oton es depuesto pero al final logra recuperar el Imperio. Los sarracenos siguen presionando con sus incursiones.

1015. Los normandos invaden el Sur de la península. Originarios de Escandinavia y establecidos en Francia (en el valle del Sena) son reclutados como mercenarios a cambio de tierras para luchar en las guerras entre griegos, sarracenos y longobardos. Muy pronto se adueñan de Calabria y Sicilia (tal vez sea ésta la razón de que haya tantos rubios en el sur de Italia) y expulsan a los sarracenos del Norte de Africa. El papa León IX les declara la guerra y es hecho prisionero. Los normandos, católicos, se autoproclaman vasallos del papa y éste aprovecha la ocasión para impulsar sus proyectos de reforma de la Iglesia.

Calzado bizantino1027. El rey de Inglaterra y Dinamarca, Canuto el Grande, convertido al catolicismo manifiesta en Roma su lealtad al papa y al Imperio Sacro Romano. Cuenta la leyenda que en una ocasión ordenó a las aguas del mar que se retiraran.

1059. La nobleza queda excluida de los asuntos de la Iglesia. El papa Gregorio VII prohibe a los laicos intervenir en los procesos de investidura y excomulga al emperador Enrique IV por oponerse a su mandato. El papa requiere nuevamente la ayuda de los normandos en su guerra contra el emperador y sus aliados (longobardos). Los normandos aprovechan la ocasión para saquear Roma y el papa se refugia en Salerno.

1075. A los hombres de ley se les prohibe tomar los hábitos. En el Concilio Laterano los normandos insisten en que la elección del papa sea una prerrogativa exclusiva de los cardenales; desde éste momento los nobles romanos quedan excluidos de los asuntos de la Iglesia. Al fin se lleva a cabo la ansiada reforma, necesaria para limpiar la imagen de la iglesia muy deteriorada tras años de escándalos (como el de la venta de títulos o el de los frecuentes matrimonios entre el clero).

1096. Un monje de Cluny (Francia) se convierte en el papa Urbano II. El nuevo pontífice lleva a cabo la primera Cruzada (guerra santa contra los musulmanes para garantizar la seguridad de los peregrinos en su viaje a Jerusalén, Tierra Santa).
A ésta le siguen otras muchas y durante 200 años Tierra Santa pasaría de manos de los infieles a manos de los cruzados y viceversa. Todavía hoy, en el Medio Oriente se pueden ver los castillos que los cruzados levantaron durante aquellos beligerantes años. Los italianos que habitaban la costa adriática se enriquecieron con la guerra construyendo la mayor parte de la flota que embarcaba hacia Oriente. Mientras los papas y emperadores se enzarzaban en interminables disputas por la pretendida exclusividad de la Iglesia sobre el nombramiento de los títulos eclesiásticos.

1154. Federico “Barbarroja” marcha hacia Roma. El emperador Federico I de Hohenstaufen, “Barbarroja”, conquista gran parte de la Italia que se hallaba fuera de la jurisdicción del papado. Su alianza con Adriano IV, primer y último papa inglés, logra desbaratar el plan de Arnaldo da Brescia de instituir una república en Roma.

1200. Expansión de los dominios de la Iglesia. Bajo el papado de Inocencio III (1198-1216) la Iglesia alcanza su máximo esplendor: sus dominios se extienden desde el Po, al norte, hasta Ceprano, al sur, amenazando a Sicilia, el último bastión imperial. Los tres papas que le suceden luchan contra Federico II Hohenstaufen, sobrino de Barbarroja, a quien llegan a excomulgar “por no haber iniciado a tiempo una Cruzada”. El emperador, en contrapartida, firma un acuerdo con el sultán de Tierra Santa: los peregrinos tendrían asegurado el acceso a los santos lugares y el emperador recibiría el título de rey de Jerusalén. Durante más de treinta años se sucederían continuas guerras entre Güelfos (partidarios del papa) y Guibelinos (partidarios del emperador).
El Imperio, tras la muerte de Federico II (hombre cultivado, tolerante con todos los credos religiosos) entra en decadencia.
Excomulgado por unos y alabado por otros (también llamado “Stupor Mundi”, Maravilla del Mundo. La grandeza de éste singular emperador sólo sería reconocida tras su muerte.

1250. Manfredi, hijo ilegítimo de Federico II y casi tan brillante como su antecesor, consigue el trono de Sicilia. El papa francés Urbano IV incita a Carlos de Anjou a proclamarse rey de Sicilia.

1266. Los franceses conquistan Sicilia. Carlos de Anjou derrota a Manfredi y le da muerte convirtiéndose en Carlos I de Sicilia (1266-1285). Los franceses son los “extranjeros” con mayor poder en el Sur de Italia. El arte y la arquitectura de la zona evidencian la influencia francesa. Giotto (precursor del Renacimiento y famoso por aplicar las leyes de la perspectiva a su pintura) y Cavallini trabajan para los franceses y en varios otros sitios en Nápoles.
El poder detentado por ciertas mujeres durante los primeros siglos de la Edad Media se vuelve contra ellas. La Iglesia aviva su campaña de opresión. Las monjas son obligadas a tomar el voto de clausura. A Santa Clara, fundadora de la orden de las Clarisas (cuya misión era asistir a los pobres) y amiga de San Francisco - quién la convenció para que tomara los votos - se le prohibe ejercer la beneficencia y es obligada, junto con sus seguidoras, a permanecer recluida en el convento. Durante los servicios eclesiásticos las religiosas debían permanecer ocultas lejos de las miradas de la gente. Bonifacio VIII fue el papa más estricto: durante su mandato la mujer es considerada un ser malvado y como tal objeto de continuas vejaciones. Los hombres, por el contrario, ven aumentado su poder.

1300. Bonifacio VIII Caetani (1294-1303), elegido papa tras haber abdicado a su favor su antecesor (Celestino V), hace suya una tradición venida de Jerusalén y proclama el primer Año Santo. Ejerce el poder según el criterio de sus antecesores, defendiendo el poder temporal de la Iglesia: combate con las armas, amenaza con la excomunión (la poderosa familia Colonna fue uno de sus más acérrimos enemigos), se entromete en las sucesiones al trono de Sicilia y se enemista con Francia. Felipe IV (rey de Francia), en su lucha por acabar con el poder temporal del papa, le acusa de herejía. Bonifacio VIII contrataca excomulgándole. El ejército francés lo hace prisionero en Anagni. Aquí el papa recibe el famoso “schiaffo” (bofetada) del francés de Nogaret. Los habitantes de Anagni impiden que sea llevado a Francia para ser juzgado. A los pocos años de su liberación, derrotado y humillado, muere en Roma.
Palma del martirio
1303. El papa Benedicto XI, se traslada a Perugia huyendo de las intrigas de las nobles familias romanas; entre ellas los Colonna, que luchan por recuperar el poder. El papa, hombre debil, duda entre perdonar o condenar a los franceses, ceder o no a la petición francesa de convocar un concilio general para condenar a Bonifacio VIII. Éste muere de disentería en Perugia.

1305. Los cardenales, divididos en bandos opuestos a favor y en contra de Francia, se deciden por una papa francés, Clemente V. Éste intenta gobernar con imparcialidad a pesar de las continuas interferencias del rey de Francia en los asuntos eclesiásticos.

1309. El papa Clemente, cediendo a las presiones de Felipe IV, traslada el papado a Aviñón. Hombre débil y enfermo, así como corrupto (había nombrado cardenales a cuatro de sus sobrinos), acepta su suerte con resignación.

1316. Juan XXII, de origen francés, es elegido papa. Para reforzar la hegemonía francesa sobre la Iglesia elige a sus cardenales (todos a excepción de cinco) entre el clero francés. Funda una biblioteca papal en Aviñón y se enfrenta a los franciscanos por razones teológicas. Esta actitud le hace muy impopular: la orden que fundó San Francisco se enfrentó a la Iglesia por defender el voto de pobreza de Cristo y sus apóstoles.

1362. Se vuelve a elegir por sexta vez a un papa francés, Urbano V. A mediados de su mandato regresa a Roma escoltado por las tropas del emperador Carlos IV y se instala en el Vaticano ya que tanto el palacio como la Basílica de San Juan de Letrán habían sido dañados por el fuego. El aparato administrativo de la Iglesia se queda en Aviñón (lean “El nombre de la Rosa” de Umberto Eco). Su más ambicioso proyecto será el de lanzar una nueva cruzada para liberar la Tierra Santa y doblegar a los mercenarios que por aquella época asolaban Italia.

1369. El emperador de Oriente llega a Italia para pedir ayuda contra los Turcos, que amenazaban Bizancio. Su ruego es tan desesperado que llega a renunciar a la fe ortodoxa (el clero no se suma a la apostasía de su emperador).

1370. El papa Urbano V cree haber recibido en sueños la orden del Espíritu Santo de regresar a Aviñón y vuelve a la antigua sede papal - a pesar de los ruegos en contra de Santa Brígida- donde muere poco después. En el mismo año es elegido el último de los papas franceses de Avignon, Gregorio XI.
El nuevo pontífice, siguiendo la tradición de sus antecesores, persiste en el empeño de trasladar el papado a Roma e iniciar una nueva y definitiva cruzada. Estos dos objetivos son prácticamente irrealizables debido a la guerra entre Francia e Inglaterra (la “Guerra de los Cien Años”). Otra de las poderosas razones que hacía necesaria una nueva cruzada era la constante amenaza de los turcos en Oriente. Milán, entretanto, combate en el Norte de Italia y Florencia refuerza su poder, obstaculizando el regreso del papa a Roma.

1377. Los papas regresan a Roma. El papa Gregorio XI, poniendo fin a los años de exilio, regresa a Roma y se establece en el Vaticano. Los franceses siguen eligiendo a sus antipapas en Avignon y provocan el Gran Cisma (1380-1417).


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