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ENTREVISTA * Euskadi Ta Askatasuna

 

Euskadi Ta Askatasuna, en una entrevista mantenida con Martxelo Otamendi y Mertxe Aizpurua, directores de los diarios Egunkaria y Gara respectivamente, ofrece su valoración y perspectiva sobre temas de reciente actualidad, desgrana aspectos del conflicto y explica su

posicionamiento de cara al futuro. La versión original de la entrevista, que fue realizada íntegramente en euskara con portavoces de la organización armada.

Entrevista, Mertxe Aizpurua «PNV y EA han contraído una gran responsabilidad con los resultados obtenidos en las elecciones del 13-M»

 Aunque reconoce como malos los resultados de la izquierda abertzale en las pasadas elecciones, ETA valora que el trabajo de los últimos años ha dado frutos, que, de alguna forma, ha rentabilizado el PNV.

Opina que este partido tiene ahora la oportunidad de decidir hacia dónde quiere encaminar el futuro del país.

 Las elecciones del 13 de mayo se saldaron con una gran victoria de Ibarretxe, victoria que, al menos en esa medida, nadie esperaba.

 

El PP y el PSOE plantearon las elecciones como si se tratase de una elección entre «Estatuto» o España. El PNV ha conseguido, de nuevo,plantearlas como un referéndum «Euskadi-España». Y así lo han entendido los ciudadanos. A pesar de que la izquierda abertzale ha

planteado la dicotomía entre soberanismo y autonomismo, el PNV y EA han obtenido votos de la izquierda abertzale que han interpretado erróneamente la necesidad de defender Euskal Herria frente a España.El voto abertzale se ha movilizado como nunca, poniendo en evidencia que también había una abstención abertzale.Por primera vez en muchos años, los resultados del 13 de mayo han dado a PNV y EA una nueva oportunidad para que en este marco autonómico hagan lo que quieran sin tener las manos atadas por otras fuerzas. También la oportunidad de, superando este marco autonómico, llevar a Euskal Herria a la soberanía. PNV y EA han contraído una gran responsabilidad con esos resultados.

EH ha experimentado una importante pérdida de votos, más importante de lo que nadie esperaba. Y ha perdido la llave en el Parlamento de Gasteiz.

El Estado y todos los partidos políticos han buscado la pérdida de votos de EH y la han conseguido. En este referéndum virtual, una parte de la base social de la izquierda abertzale ha entendido que, en este momento, ante la ofensiva española, era preciso defender el actual marco, y que para eso lo mejor era votar a Ibarretxe. Ha sido un voto fruto del miedo y la debilidad. Dejando a un lado la dignidad y el prejuicio que durante años ha tenido hacia el PNV, y pasando por encima de lo que este partido ha hecho a este pueblo en el campo del euskara, la educación o el desarrollo de Euskal Herria, ese voto ha ido a defender «lo que hay», en lugar de apostar por «lo que hay que hacer», que es la oferta de la izquierda abertzale.

 Con esos resultados, la izquierda abertzale ha perdido la llave autonómica para llevar el marco autonómico a un marco de soberanía.

Ha sido el fracaso de un intento trabajado durante tres años. Muchos abertzales de izquierdas, en lugar de dar esa llave a la propia izquierda abertzale, se la han dado directamente al PNV. Pero la izquierda abertzale sigue teniendo la llave del proceso democrático para llevar a Euskal Herria a la independencia y, como antes, está dispuesta a compartirla con otros.

 ¿Consideran que la lucha armada de ETA es responsable de la pérdida de votos de EH?

 Esas elecciones no han sido un referéndum sobre la lucha armada. Si hay que señalar alguna responsabilidad, es la de quienes han llevado su voto de EH al PNV. Por supuesto que la lucha armada tiene

consecuencias, unas veces para bien y otras para mal. Por ejemplo, ha sido positiva para reforzar el volumen de votos abertzale. Desgraciadamente, no hemos sabido recoger ese reforzamiento en la

izquierda abertzale. Los votos de EH han pasado al PNV fundamentalmente por miedo, pero también por la represión que sufren las estructuras de la izquierda abertzale y las organizaciones

populares. El Estado español no descansa en su lucha contra la izquierda abertzale, y trabaja duro para ahuyentar a la gente de la izquierda abertzale, amedrentando a su base social, por las consecuencias represivas y políticas que puede tener moverse en ese entorno.

¿Qué resultados habría obtenido el PNV si previamente hubieran encarcelado al EBB al completo, si hubiesen metido en prisión a los miembros más representativos de EGI, si hubiesen cerrado EITB y "Deia"...?

 ¿Qué opciones tiene el PNV? ¿Qué espera ETA de PNV-EA, habida cuenta de que ahora disponen de 33 parlamentarios?

 Tienen 600.000 votos abertzales para gestionar, sin tener ningún tipo de dependencia a la hora de formar gobierno. Una opción es poner esa fuerza al servicio de un cambio de marco. Sería bueno que así fuese. La segunda opción es seguir reforzando el autonomismo, dilapidando las fuerzas abertzales, dando cobertura a la estrategia represiva contra la izquierda abertzale o haciendo el trabajo de botillero, aconsejando dónde golpear. El marco autonómico no resuelve los problemas de Euskal Herria, prolonga el conflicto y cierra las puertas a una salida política, pero el PNV tiene recorrido para continuar por ese camino, como ha hecho hasta ahora. Los abertzales han defendido el marco autonómico de las garras de España con generosidad. Ahora habrá que ver si esagenerosidad autonómica se convierte en mezquindad a la hora de construir Euskal Herria. Creemos que el PNV apuesta por la segunda opción, aunque intentará disfrazarla lo más posible.

 ¿Ven en peligro el pacto entre PP y PSOE si se produce un acercamiento entre PNV y PSOE?

 La confrontación entre Euskal Herria y España está claramente delimitada. La lucha armada de ETA ha obligado de nuevo al Estado a quitarse la careta, y el trabajo de la izquierda abertzale llevó a las fuerzas autonomistas a decir que el marco estaba agotado. Hasta 1998, el PNV jugó con el Estado. Entonces se salió del acuerdo de Estado. La cuestión no es si el PSOE o el PSE-EE se alejarán del Estado. El PSOE es Estado, no saldrá de ahí. La cuestión es si el PNV volverá a ese acuerdo de Estado de la mano de los socialistas. Si volviese, la dote que llevaría el PNV serían esos votos abertzales que acaba de capturar. Si el PSOE se hubiese movido en la época de Lizarra-Garazi, acercándose a ese acuerdo que unía a todos los demócratas progresistas, podría pensarse que había cambios. Pero no hicieron nada.

 ¿Opinan que los resultados pueden modificar la línea política de EH?

 La izquierda abertzale debe reflexionar sin amedrentarse ante las exigencias externas. Debe analizar los resultados electorales, los suyos y los de los demás, y hacer una reflexión de más largo recorrido: en qué punto del proceso estamos, cómo hemos llegado hasta aquí, qué falló en el momento en el que las condiciones para la victoria estaban a mano, cómo se inserta en la actual sociedad su oferta política, si se entiende esa oferta, cómo mejorar su trabajo político manteniendo sus objetivos y su lucha, cómo continuar el proceso. Hay que reflexionar, pero sin dejar de trabajar.El actual terreno de juego político es el propuesto y trabajado por la izquierda abertzale. Se está avanzando en la estructura para responder a las preocupaciones de la sociedad de Euskal Herria en su conjunto. Que Euskal Herria tiene derechos democráticos es algo ya incuestionable y ha conseguido reunir fuerzas para trabajar por ellos. Se ha ganado eso y más. Incluso el «programa político» de Ibarretxe lo refleja. Asume conceptos que la izquierda abertzale siempre ha defendido, eso sí, simplificándolos y desnaturalizándolos. Exige respeto sólo a un derecho humano, es partidario del diálogo pero sólo entre algunos y no le preocupa más que la palabra y el futuro de una parte de Euskal Herria. La izquierda abertzale debe jugar en el terreno de juego que ha sido capaz de lograr con su trabajo, humildemente pero sin complejos, con la confianza de que su proyecto político traerá a Euskal Herria la independencia y el socialismo.

 Un líder jeltzale ha declarado recientemente, en relación a los atentados que han tenido lugar con posterioridad a las elecciones, que ETA ha digerido mal el fracaso de EH.

 Los resultados los analizamos en el marco de Euskal Herria, no creamos un espacio autónomo para hacer ese ejercicio. Esos resultados han generado la necesidad de una nueva reflexión en el seno de ETA. Desde nuestro punto de vista, los resultados del 13-M fueron dolorosos porque han supuesto la pérdida de votos en favor de la independencia, porque votos de la izquierda abertzale han reforzado el autonomismo fragmentador, porque la debilidad electoral de EH facilita el camino de la represión y porque ya se ve el camino por el que está transitando el PNV. Aquellos gritos de «independentzia» de la noche electoral fueron especialmente dolorosos para quienes conocemos la falta de voluntad del PNV.

Ver que los abertzales tienen la mayoría, constatar que en la abstención había votos abertzales, así como la participación popular, dulcificarían esa digestión si cerrásemos los ojos a la realidad.

Porque el PNV y EA no tienen propuesta alguna para liberar Euskal Herria, porque la victoria abertzale en el marco autonómico puede agudizar la tendencia a abandonar el marco nacional.

Es el PNV el que no ha digerido todavía bien los resultados. ¿El PNV ha digerido en dos días los 600.000 votos? ¿Ha reflexionado y decidido ya qué hará con esos votos abertzales? Sus primeros pasos evidencian que quiere aplicar la receta autonómica de siempre: tender la mano a PP y PSOE y criminalizar a la izquierda abertzale.

 Tras el fracaso del PP en las elecciones, ¿cabe esperar cambios por parte del Estado español?

 Ese fracaso es relativo. Se puede hablar de fracaso del PP si se piensa que la estrategia de España se limita a obtener la gestión directa del Gobierno de Gasteiz o si se toman las elecciones como una especie de referéndum «Euskadi/España». ¿Qué ofrecía el PP? Gestionar el marco autonómico en el seno de España, y nadie ha dicho que eso no vaya a ocurrir. Por lo tanto, está por ver el fracaso de España.

Hasta ahora el Estado ha logrado alejar al PNV de Lizarra-Garazi, y si logra que se quede en el marco autonómico, la victoria será suya. Además, debilitando a la izquierda abertzale, han logrado entorpecer la estrategia nacional.

 ¿El objetivo del PP era debilitar a la izquierda abertzale? ¿No era

expulsar al PNV de Lakua?

 El objetivo era y es debilitar a la izquierda abertzale, ya que eso, a su vez, debilita la estrategia nacional y fortalece el marco autonómico. Como en todas las citas electorales, también esta vez el

primer objetivo era hacer frente a la izquierda abertzale. También tenían una segunda finalidad, que no era otra que cortar de raíz el amago del PNV de dirigirse del marco autonómico a una estrategia nacional. Para ello, la amenaza utilizada por el Estado ha sido

gestionar directamente el marco autonómico.El objetivo del PNV era fortalecer al máximo posible el «nacionalismo regionalista», el del PP hacer lo mismo con la «alternativa constitucionalista española» y el objetivo común de ambos debilitar, en la medida de lo posible, a la izquierda abertzale.

El Estado español continúa con su ofensiva: Xaki, Haika, la Fundación Joxemi Zumalabe, AEK...

 Esa ofensiva se está llevando a cabo a petición y bajo la dirección de PP y PSOE, con el aplauso del Gobierno de Ibarretxe. El PNV no está en contra, y EA e IU lo dan por bueno. Ya hicieron lo mismo en su día con la dispersión de los presos políticos vascos. ¿Qué van a hacer Ibarretxe y PNV-EA con los 600.000 votos obtenidos, legitimar la represión o hacerle frente? Ibarretxe facilitará la labor de Mayor Oreja o, para vergüenza del barniz abertzale que ha logrado esta primavera, la cumplirá él mismo.

 Desde la izquierda abertzale se asegura que el liderazgo en la construcción nacional le corresponde. Teniendo en cuenta que para hacer efectivo ese liderazgo es necesario influir en la sociedad, ¿en qué medida puede afectar la lucha armada en ese quehacer? ¿Cómo puede hacerse con ese liderazgo una izquierda abertzale cada vez más debilitada?

 La debilidad o la fuerza de la izquierda abertzale no debe medirse en función de una coyuntura. Lo que de verdad obstaculiza la labor de la izquierda abertzale es la represión que sufre Euskal Herria y los límites que imponen los estados. La lucha armada pone límite a la agresión contra Euskal Herria por parte de los estados y, además, les dice que no pueden hacer lo que quieran, porque aquí hay un pueblo que tiene derechos y esos derechos deben respetarse. Hasta hace poco algunos decían que la lucha armada perjudica al nacionalismo vasco y ayuda al PP. Ahora, esos mismos deberían decir que la lucha armada ayuda al PNV e, incluso, al nacionalismo en su conjunto, ya que se ha activado el voto abertzale. No creemos que se mida así.El liderazgo de la izquierda abertzale en la construcción de Euskal Herria es evidente y, desgraciadamente, suele tener que trabajar en solitario. Así y todo, ha sido capaz de poner en tela de juicio el autonomismo, para poder avanzar así en la construcción nacional. El protagonismo que tiene la izquierda abertzale en la sociedad es fruto de su trabajo y algunos utilizan la lucha armada para debilitar esa labor.

 ¿Qué valoración realizan de los resultados abertzales en las elecciones de Ipar Euskal Herria?

 La valoración es muy positiva. Los resultados son buenos y, tras muchos años de trabajo, el abertzalismo ha demostrado en estas elecciones que es una fuerza política y que sus ideas son fundamentales. El abertzalismo ha sido capaz de condicionar la posición de los demás partidos y los abertzales, después de muchos años, hemos podido mirar los resultados con orgullo. Además, cabe recordar que la única fuerza que presentó candidatos en todos los cantones fue AB.

De todas formas, la ley electoral vigente en Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa, además de ser francesa, no es nada democrática, ya que reduce aún más la representación del más débil. Con la ley electoral española vigente en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa se habrían multiplicado los electos abertzales dispuestos a trabajar en Udalbiltza. *

 «Para que el proceso emprendido en el 98 tenga continuidad es necesaria mayor madurez y honestidad»

 La situación de las fuerzas sociales y políticas que tienen algo que decir en el proceso de construcción nacional son algunos elementos que se analizan en este apartado.

 Recientemente, ETA ha dirigido duras críticas al sindicato ELA.

 Lo que criticamos a ELA es que justo en el momento en el que mayor necesidad había, en el corazón del proceso emprendido en 1998, dejara a un lado esa vía. Creemos que esa decisión de ELA, más que dejadez momentánea, fue un paso en un camino diseñado con anterioridad. Hemos apreciado falta de honestidad por parte de ELA. No es honesto asegurar que estás dispuesto a llegar hasta cierto punto y, después, salir con que no era eso lo que querías decir o que no se entendió debidamente. En ese aspecto, ELA guarda un gran parecido con Elkarri o con un «jauntxo» que habla en nombre de AEK. Funciona como si fuese un instrumento del PNV y está volviendo a su habitual irresponsabilidad política.

¿Dónde ha estado ELA hasta que ha hecho acto de presencia con reivindicaciones de soberanía vacías? ¿Escenificando la ruptura sindical poniendo como excusa la supuesta dependencia de LAB respecto a ETA?

 

Sectores del ámbito del euskara, de la enseñanza o de la cultura que

históricamente han estado en favor de los derechos de Euskal Herria y

situados en planteamientos de autodeterminación ahora muestran

adhesión al marco vigente. ¿No se idealiza demasiado al movimiento

popular?

 

Nosotros no lo idealizamos. Esos sectores debieran analizar las

necesidades existentes para avanzar en la construcción nacional y

plantear vías de solución. Esos sectores nacieron bajo la dictadura y

el marco autonómico no les ofreció solución alguna a sus necesidades,

es más, incluso han sido agredidos desde el actual marco. Pero han

sido capaces de trabajar superando la partición de Euskal Herria,

aprovechando las opciones que se les presentaban. No obstante, en la

actualidad están estancados. En todos esos movimientos debe hacerse

una profunda reflexión, debía haberse hecho ya hace tiempo, y

responder a una pregunta: ¿adónde nos dirigimos? En nuestra opinión,

muchos medios de comunicación, el sistema educativo concretado en

torno a las ikastolas, el sector de la euskaldunización... que

nacieron con vocación pública, para que lleguen a ser los pilares

públicos de la futura Euskal Herria, deben realizar una reflexión de

cara a actualizar su actuación recuperando el propósito que tenían

cuando surgieron.

 

Se están refiriendo al proceso de construcción nacional. ¿Es posible

avanzar en ese proceso sin que exista un acuerdo entre formaciones

políticas?

 

El proceso a materializar en Euskal Herria es real, pero para ello es

necesario saber qué fuerzas están verdaderamente dispuestas a avanzar

y qué esfuerzo están dispuestas a realizar. La base es la honestidad.

Para que el proceso emprendido en el 98 tenga continuidad es

necesaria mayor madurez y honestidad. Aquellas fuerzas que consideren

suficiente el marco autonómico que lo digan claramente. ETA, a su

vez, volverá a repetir claramente que no está de acuerdo con ese

planteamiento y que continuará luchando hasta que los derechos de

Euskal Herria sean respetados.

Lo verdaderamente necesario es el trabajo en común entre las fuerzas

que son favorables a avanzar en el proceso. Y se puede avanzar mucho.

Pero sin acuerdo no es posible llevar todo el proceso hasta el final.

Y ese acuerdo deberá extenderse más allá de los partidos, será

necesario un acuerdo de toda la sociedad.

 

¿Será posible materializar ese acuerdo algún día?

 

ETA aceptará un planteamiento que responda al conflicto en toda su

globalidad. Eso no quiere decir que deba aceptarse el planteamiento

que la izquierda abertzale ponga sobre la mesa, sino que, de una u

otra manera, debe responder al problema en su globalidad.

Si la respuesta es parcial, el conflicto continuará. Si el PNV

impulsa una fotocopia renovada del Pacto de Ajuria Enea o si continúa

en plena involución respecto a Lizarra-Garazi y se mantiene en su

inmovilismo mientras los estados español y francés agreden a la

izquierda abertzale, si refuerza el marco particionista, estará

alejando la solución al conflicto.

Sostienen que el obstáculo para llegar a un acuerdo es, una vez más,

la lucha armada. Esa excusa se invalida con una simple pregunta: en

caso de que no existiera la lucha armada, ¿en qué se basaría el

acuerdo político?

 

Que el de la autodeterminación es un derecho está asumido. Pero el de

la territorialidad, ¿hasta qué punto es un derecho y hasta qué punto

algo discutible?

 

La territorialidad es una realidad, una realidad dividida. El derecho

de autodeterminación le corresponde a un pueblo y ese pueblo lo

constituye una Euskal Herria que recoge en su seno a Araba, Bizkaia,

Gipuzkoa, Lapurdi, Nafarroa y Zuberoa. El territorio es la ubicación

física e histórica de un pueblo. No pueden diferenciarse el derecho y

su espacio de aplicación, a menos que se quieran sembrar malas

semillas de nuevos conflictos.

 

¿ETA estaría dispuesta a aceptar una Euskal Herria ordenada en tres

comunidades?

 

En la actualidad, Euskal Herria es un jarrón fracturado en tres

partes. Lo que pide ETA no es más que la oportunidad real de que

vuelvan a unirse las partes del jarrón. La izquierda abertzale quiere

un jarrón entero y plantea una forma concreta de articularlo. El

conflicto estará en vías de solucionarse en el momento en que se

acepte la oportunidad real de que las partes sean una; en el momento

en que Euskal Herria tenga, de cara al futuro y en todo momento, la

opción libre de organizarse de la forma que decida; en el momento en

que se decidan y acepten mecanismos reales para llevar esto a cabo.

Hasta entonces, y también a partir de ese momento, la izquierda

abertzale desarrollará su proyecto político sobre la realidad de los

seis herrialdes y los derechos democráticos de Euskal Herria.

 

PNV, EA y algunos abertzales afirman que la lucha armada hace

imposible la colaboración entre abertzales. Ustedes, en cambio,

sostienen que eso es una excusa para no enfrentarse a los retos que

tiene el abertzalismo. ¿Cómo se sale de este atolladero?

 

Bajo esa excusa se oculta mala voluntad. La colaboración pudo

desarrollarse cuando ETA realizaba acciones. Hubo incapacidad para

desarrollar esa colaboración en la época en que ETA interrumpió sus

acciones. Hoy parece que es imposible lograr un acuerdo porque existe

la lucha armada. Hace tres años no. ¿Cuáles son las razones de ese

cambio?

De ese atolladero se sale con un acuerdo entre quienes manifiestan

que deben respetarse los derechos de Euskal Herria. Se hizo un

intento en el Acuerdo de Lizarra-Garazi. Habrá que hacer un nuevo

intento, más firme, más elaborado, más honesto y más maduro. No un

intento basado en juegos tácticos, coincidiendo con unas elecciones,

sino hablando claro, de forma que cada cual explique sin tapujos qué

quiere y hasta dónde es capaz de llegar, sin abandonar ni los

objetivos políticos ni los proyectos de cada uno, elaborando un

espacio de acuerdo que deje la puerta abierta a la posibilidad de

desarrollo en el futuro.

 

Pero hoy eso es una estrategia, una actitud. ELA y PNV afirman que no

hay nada que hacer mientras continúe la lucha armada.

 

Al utilizar la lucha armada como excusa, Ibarretxe y el PNV han ido

más lejos que Aznar. Con esa excusa, declaran que la prioridad es

acabar con ETA y con la izquierda abertzale. Es esa actitud, y no la

lucha armada, la que hace imposible la colaboración, el que no haya

acuerdo. Sin la lucha armada, el único marco que se le ofrecerá a

este pueblo será el autonómico. Y esto no es una opinión, es una

constatación.

El punto de acuerdo que ofrece la izquierda abertzale es claro: una

solución para el conjunto de Euskal Herria, derechos democráticos

básicos para todos los habitantes de Euskal Herria y decidir con

antelación las vías democráticas para cambiar la actual situación. Y

esto lo saben PNV y ELA. Pero estamos todavía en un periodo de

tacticismos, sin madurez. Desde esa táctica de desgaste, los del PNV

estarán felices por haber recibido muchos miles de votos

independentistas. La actitud de ETA no va a cambiar por eso, pero

nuestro mensaje también es claro: la medida de la responsabilidad que

ha contraído el PNV es similar a la medida de su triunfo electoral.

Sería grave que el PNV secuestrara esos votos y se los ofreciera al

Estado. *

 

 

«Los objetivos de ETA no son indiscriminados, son sectores concretos

del poder español»

 

ETA alude al plan ZEN para concluir que el Estado español ha hecho

bien su trabajo de cara a influir en la opinión pública y responde a

preguntas sobre sectores que están en su punto de mira.

 

¿Por qué sigue ETA con la lucha armada?

 

Porque las razones que motivaron el conflicto siguen presentes. Las

claves para superar el conflicto también son las mismas. Mientras no

se reconozcan los derechos democráticos de Euskal Herria, y mientras

no existan los instrumentos para garantizar y desarrollar esos

derechos, ETA mantendrá la lucha armada.

 

En una época se perseguía obligar a negociar al Gobierno español por

medio de la lucha armada, posteriormente lograr un acuerdo entre

abertzales, condicionar al PNV...

 

ETA utiliza la lucha armada para liberar Euskal Herria, contra

quienes oprimen Euskal Herria, para que los derechos de Euskal Herria

sean respetados. Esto último se puede dar de dos maneras: una, que

España y Francia reconozcan los derechos de Euskal Herria; otra, por

medio de un acuerdo básico entre los agentes y fuerzas políticas de

Euskal Herria que, con la madurez que no existió en Lizarra-Garazi,

conformen la representación de Euskal Herria y, en su nombre,

encaminen la resolución del conflicto.

La negociación con los poderes fácticos del Estado, con el Gobierno

español, el acuerdo entre abertzales, la definición del PNV... son

efectos que logra la lucha armada. Son, por otra parte, muestras de

la actitud abierta que ETA ha mantenido desde siempre en busca del

entendimiento y el acuerdo.

 

Se les acusa de practicar una actividad armada indiscriminada. La

idea de que «todos estamos amenazados por ETA» está muy extendido.

 

Eso es mentira. Basta con observar contra quién y por qué actúa ETA

para ver la falsedad de esa acusación. Los objetivos son sectores muy

concretos del poder español. Desde el momento en que PP y PSOE

firmaron el pacto terrorista en Madrid los concejales del PSOE

pasaron a ser objetivo de ETA, hasta entonces no lo eran.

Cuando el PSOE llegó al Gobierno español, al mismo tiempo que

organizaba los GAL puso en marcha el plan ZEN (Zona Especial Norte),

y en ese plan se contemplaba que había que desprestigiar la lucha de

ETA mediante mentiras, que había que utilizar a los medios de

comunicación para influir en la opinión pública con mensajes muy

concretos: «la ETA de ahora no es la de antes», «ETA ahora hace

cualquier cosa», «no tiene los valores de antes», «ETA nos amenaza a

todos». Se decía también que había que utilizar para ello

declaraciones de antiguos miembros o responsables de ETA... Es

evidente que han hecho bien su trabajo.

Ahora han firmado el pacto terrorista PP-PSOE y, como al Estado no le

son suficientes los aparatos represivos para ganar la guerra contra

Euskal Herria, apela a la implicación de la sociedad española,

ocultando las verdaderas razones del conflicto. Pero los objetivos de

ETA son únicamente quienes integran los poderes del Estado y los

responsables del conflicto.

 

Pero ETA incluye cada vez más a objetivos civiles.

 

Eso es porque el Estado ha colocado al personal civil de sus aparatos

en primera línea de combate. Ha tenido que activar los efectivos que

antes estaban en letargo y los ha implicado en tareas de «anti-

terrorismo», en un intento de militarizar a la sociedad. Después de

desactivar a grupos militares encubiertos como BVE, Guerrilleros de

Cristo Rey, Triple A, ATE y GAL, colocó a los partidos en primera

línea y, después, ha activado a otros sectores que están trabajando a

sus órdenes en la sociedad civil.

 

Por poner un ejemplo, si un grupo de concejales de UPN hiciera un

gesto y pidiera a su ejecutiva que traigan a Euskal Herria a los

presos de Nafarroa, ¿eso supondría que dejarían de ser objetivo de

ETA?

 

Seguro que antes de que eso ocurriese los expulsarían de UPN. Pero si

la pregunta es si ETA haría una distinción entre un concejal o

responsable de UPN que muestre una actitud clara y pública en defensa

de una solución democrática al conflicto y entre un concejal o

responsable de UPN que defienda mantener el conflicto en su estado

actual, la respuesta es que sí. El mensaje de ETA es claro, todos

aquellos responsables políticos que garantizan, argumentan e impulsan

la opresión de Euskal Herria son objetivo de sus acciones, porque

llevan a cabo ese trabajo «político» bajo la protección de las

fuerzas armadas y de todo un Estado, porque Euskal Herria no tendrá

una situación democrática mientras no se respeten los derechos

fundamentales de nuestro pueblo.

 

Algunas muertes han sido muy dolorosas a los ojos de los abertzales:

el empresario Korta, las muertes de Martutene y Loiola...

 

Todas las muertes son dolorosas, pero no nos parece justo mostrar

actitudes cargadas de hipocresía. De entre los muertos de la última

época, para ETA fue dolorosa la pérdida de los compañeros Patxi

Rementeria, Ekain Ruiz, Urko Gerrikagoitia y Zigor Aranbarri, que

murieron en Bolueta; la pérdida de los compañeros Inaxio Aierbe y

Jazinto Goñi, que han muerto después de muchos años sin poder

regresar a Euskal Herria, así como las muertes de los ciudadanos Josu

Leonet, José Angel Santos y Ramón Díaz, que no eran objetivos de ETA.

Por lo que respecta al empresario Korta, ETA atentó contra él por la

responsabilidad que tenía en la prolongación del conflicto en tanto

que responsable de las organizaciones empresariales Adegi y

Confebask.

 

También se les ha responsabilizado de matar a quienes apuestan por

una salida dialogada... En este último año a Juan María Jáuregui y a

Ernest Lluch.

 

Jáuregui y Lluch no estaban a favor de una salida dialogada. El

Estado sí que actúa contra quienes verdaderamente defienden una

solución dialogada. Pero la intoxicación policial se digiere con

demasiada facilidad. ETA atentó contra Jáuregui porque fue el máximo

responsable de las fuerzas armadas que el Estado español tiene en

Gipuzkoa y porque trabajaba también para el Cesid. Lluch fue ministro

en el Gobierno del PSOE, «Ministro de la Corona». Dicen que Jáuregui

estaba abriendo una vía a favor del diálogo, ¿en nombre de quién?

¿por encargo de quién? ¿en nombre del PSOE? ¿en nombre del Gobierno

del PP? ¿en nombre del Cesid? Y Lluch no estaba trabajando en defensa

de una salida negociada para el conflicto. Si algo estaba haciendo,

sería la gestión para mantener unida a España, de una forma más

efectiva, una parte de Euskal Herria.

 

ETA ha comenzado a atentar contra concejales socialistas. Antes sólo

los concejales del PP eran objetivo.

Los concejales del PSOE se convirtieron en objetivo de las acciones

de ETA como consecuencia del pacto terrorista que PP y PSOE

suscribieron en Madrid el día 12 de diciembre. Eso lo dimos a conocer

en el comunicado en el que analizábamos la firma de ese pacto. *

 

 

«Hay pseudoperiodistas que promueven la guerra»

 

¿Las acciones contra medios de comunicación y periodistas no vulneran

gravemente la libertad de expresión?

 

No, en nuestra opinión no vulneran la libertad de expresión. Al

contrario, actuando contra los pseudo-periodistas y los medios de

comunicación que se muestran a favor de la opresión de Euskal Herria,

se ganan espacios para la libertad de expresión. Hoy en día, la

libertad de expresión sigue siendo un derecho a conseguir.

¿Por qué son objetivo?

Son asalariados al servicio de un Estado y de unas fuerzas armadas

extranjeras disfrazados de periodistas. Trabajan codo con codo, no

respetan la deontología periodística, promueven la guerra. No hay más

que leer los editoriales de "El Correo Español" y "El Diario Vasco"

para comprobar la función que cumplen en Euskal Herria. No quieren la

paz.

 

Santiago Oleaga no escribía editoriales.

 

Era miembro de la estructura que establece la línea editorial de "El

Diario Vasco".

 

«Un gesto sin ninguna base, en lugar de poner el conflicto en vías de

solución, siembra las semillas de conflictos futuros»

 

Procesos de paz en Europa, ya en marcha o incipientes, puntos de

partida para que algo similar sea posible aquí y la constatación de

que la opinión pública internacional está mirando a Euskal Herria

cierran el último capítulo de la entrevista con ETA. Y una

aseveración final: los pasos que dé ETA siempre serán en función de

un proceso.

 

En Europa, conflictos como el de Irlanda o Corsica se han adentrado

en vías de solución. ¿Será el de Euskal Herria el último?

 

En Europa y en todo el mundo existen muchos conflictos, también

armados. Hay una tendencia favorable a superar los conflictos armados

que se producen en el seno de Europa y a solucionar la situación de

las naciones sin Estado. Los estados y los poderes económicos quieren

acabar con las oposiciones armadas. Son conscientes de que las

soluciones deben ser políticas. Se ha propuesto un modelo para

Irlanda, se está trabajando en otro modelo para Corsica. Los poderes

no desean un efecto de contagio como el que ocurrió en la Unión

Soviética en torno al derecho de autodeterminación de los pueblos.

En el caso de Euskal Herria, no hay ninguna propuesta por parte de

los estados. No encuentran abiertas propuestas intermedias que no

pongan en peligro su estructura interna. España tiene miedo a las

consecuencias que podrían derivarse para Catalunya y Francia no

quiere abrir ningún resquicio porque está cómoda en la situación

actual.

En los últimos diez años, hemos conseguido situar la cuestión de la

resolución del conflicto entre Euskal Herria y España y Francia en

una clave política inequívoca, en el respeto a los derechos

democráticos de Euskal Herria. Aunque volvieran a intentarlo,

el «conflicto vasco» no se puede entender ni solucionar en función de

esa división entre «violentos/demócratas».

Por encima de las fuertes presiones del Estado, la izquierda

abertzale deberá acertar al dar los siguientes pasos.

 

Si a ETA le ofrecieran un proceso similar al de Stormont (la opinión

pública internacional con la vista puesta en Euskal Herria,

mediadores internacionales, observadores internacionales, las grandes

potencias garantizando el proceso, el compromiso de los dos gobiernos

implicados...) ¿qué respondería ETA?

 

¿Es posible un proceso similar en Euskal Herria? ¿Los gobiernos

español y francés tienen voluntad para ello? Si se cumplieran las

condiciones que se plantean en la pregunta, tendríamos que pensar que

no estamos en Euskal Herria. En nuestro caso la opinión pública

internacional ya está mirando a Euskal Herria, tanto antes como

ahora. Ni Francia ni España quieren observadores internacionales. Los

vascos no tenemos posibilidad de influir en las potencias

internacionales y no vemos que los gobiernos de París y Madrid estén

en esa actitud.

En todo caso, ETA siempre ha estado dispuesta a iniciar un proceso

basado en el respeto a los derechos de Euskal Herria y a lograr un

acuerdo marco. Es más, es la propia ETA la que ha puesto esa opción

sobre la mesa, la Alternativa Democrática.

 

Elkarri ha anunciado una Conferencia de Paz para diciembre. ¿Qué

opina ETA?

 

Parece un montaje al estilo habitual de Elkarri. No han aclarado aún

si es una simple maniobra política o de qué se trata. Eso sí, primero

han comenzado a recoger dinero. ¿Para qué? ¿Para seguir haciendo un

fraude durante otros diez años? La paz es algo demasiado serio para

dejarlo en manos de Elkarri. Su propuesta parece más algo preparado

para maquillar las intenciones políticas de Ibarretxe y del PNV.

Otra cosa distinta es la necesidad de la paz, la necesidad del

diálogo, respetar la palabra de Euskal Herria. Eso se vive hoy como

una preocupación y como la vía de solución gracias a la lucha de la

izquierda abertzale. Y la izquierda abertzale tendrá que seguir

trabajando en ese ámbito de la paz que le es propio, desarrollando su

interlocución, con la discreción y seriedad necesarias, planteando

iniciativas. Y ante las que surjan, planteando claramente el

contenido político para un acuerdo que posibilite superar el

conflicto.

 

¿No facilitaría la solución un gesto por parte de ETA?

 

Las informaciones de que dispone ETA y las recomendaciones de

expertos en solución de conflictos armados indican todo lo contrario.

Que un gesto de una de las partes, un gesto sin ninguna base, en

lugar de poner el conflicto en vías de solución, no hace sino sembrar

las semillas de conflictos futuros. Por eso ETA ha dado siempre pasos

en función de un proceso, tanto en 1989 en las conversaciones de

Argel, como en la iniciativa del 98. Y cuando se den nuevos pasos, se

situarán en función de un proceso. *

 

 

«La opción para participar en Europa es la de ser un Estado»

 

Chirac y Jospin afirman que la Europa del futuro se construirá sobre

los estados actuales. ¿Qué piensa ETA? ¿Qué opciones tiene un pueblo

como Euskal Herria?

 

La de ser un Estado. Es la única fórmula posible para participar en

Europa con personalidad propia.

El Gobierno de Aznar trabaja intensamente en el campo internacional.

Los abertzales vascos tienen cada vez más difícil ese ámbito.

España está trabajando mucho. El conflicto de Euskal Herria está

también más internacionalizado que nunca, aunque sea en perjuicio de

Euskal Herria. Muchos medios de comunicación europeos han asumido el

mensaje del PP: que el nacionalismo vasco ha hecho esto y lo otro,

que hay una dictadura de una minoría, que existe una imposición...

Pero después de ver los resultados, han visto y se han tenido que dar

cuenta de que esos abertzales a los que consideraban una minoría, son

en realidad una mayoría en Euskal Herria.

 

¿Qué instrumentos tienen los abertzales para dar su versión del

conflicto?

 

Muy pocos y ninguno para actuar como Euskal Herria. El Acuerdo de

Lizarra-Garazi podría haber sido ese instrumento, pero no hubo

capacidad. *