Néstor Taboada Terán
Requerimento al Rey de España


1992 Néstor Taboada Terán

Primera Edición: Alcaldía Municipal de La Paz, 1992.

Primeras dos páginas de la novela


Primeras dos páginas de la novela
 

El tercer trabajo, Requerimiento al Rey en 7 instancias sobre el dogma de cinco siglos, fue presentado en el Congreso Latinoamericano de Escritores, organizado por la Subsecretaría de Cultura del Ministerio de Educación y Justicia de la República Argentina y efectuado en el Centro Cultural San Martín de Buenos Aires del 26 al 30 de noviembre de 1990. El Requerimiento causó buena impresión, la prensa bonaerense se ocupó del asunto y en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz se publicó el texto íntegro en forma destacada.

En el Apéndice de este libro, estimé oportuno registrar algunos documentos de importancia que constituyen guía obligatoria para el conocimiento del tema.

El contrato del clérigo Hernando de Luque, Diego de Almagro y Francisco Pizarro, convenido en Panamá, que da comienzo a las acciones de la invasión al Imperio de los Inkas.

El Requerimiento, instrumento pretendidamente legal, que utilizaron los conquistadores para avasallar y saquear los pueblos del Nuevo Mundo. Como me fue imposible dar con el texto completo, ya que las bibliotecas del país son deficientes, decidí incluir por su importancia la referencia que hace el historiador norteamericano John Heniming en La Conquista de América.

El engranaje de la ejecución del Inka Atau Wallpa que hace el cronista español Pedro Pizarro (1523-1535).

Consolidado el dominio español en el territorio andino se levanta un mundo de enemistades y envidias que se intenta paliar con un nuevo contrato entre Francisco Pizarro y Diego de Almagro, que garantice sus ominosos intereses.

La carta del sacerdote Marco de Niza, que registra fray Bartolomé de las Casas en Brevísima relación de la destrucción de las Indias.

Y, por último, el testamento del último capitán de la Conquista, Mancio Sierra Leguizamo, que fuera publicado por primera vez en el Perú, gracias al investigador boliviano José Rosendo Gutiérrez.

El desentierro del diablo, presentados en Buenos Aires, y Tupaj Amaru un drama americano, en Madrid.

En el transcurso del relato, interviene La voz del cronista, se insertan fragmentos de la relación de Jerónimo Benjoni (1518 1560), autor de Historia del Mundo Nuevo, y el Coro de las Princesas Ñustakuna, que aparece en La muerte de Atau Wallpa, drama de autor anónimo, publicado en el Perú en edición quechuaespañol. En lo que se refiere al Papa, utilizo fragmentos del discurso que pronunciara "en Salta, el 9 de abril de 1987, ante múltiples delegaciones aborígenes, en el que exalta a la Conquista Espiritual como una causa noble que se debe prolongar hasta el fin de los tiempos". Y, en cuanto a la intervención del Amauta, el pensamiento indígena expresado por Wankar, autor del libro Tawantinsuyu. Cinco siglos de guerra quechuaaymara contra España, que, de acuerdo con las informaciones que poseo, intervino como uno de los directores intelectuales de la devolución de la Biblia.

El segundo trabajo, Ya no está el cadalso en la Plaza de los Regocijos, escribí atendiendo la solicitud del amigo y escritor argentino Adolfo Colombres, quien reunió cincuenta escritos de investigación, el volumen A los 500 años del choque de dos mundos. Balance y perspectiva (Ediciones del Sol, Buenos Aires, 1989). Le antecede un prólogo firmado por Colombres y está dividido en tres partes: La posición india, El pensamiento antropológico y Otras voces. Cuenta con un Apéndice en el que se registra el discurso del Papa Juan Pablo 11 en Salta y la Declaración del Primer Simposio Iberoamericano de Estudios Indigenistas, reunido en Sevilla en 1987. Y concluye con Noticia de los autores y un Indice de ilustraciones. En el valioso estudio que hace de prólogo, Colombres anota: "El mestizaje en América es un hecho indiscutible, como lo es también en buena parte del mundo. Las denominaciones tienden a remarcarlo. Así, Ricardo Rojas habla de Euroindia, y el mexicano Gonzalo Aguirre Beltrán de Mestizoamérica, como una región de cultura indolatina. Fernando Ortiz, de cultura indoafroibérica. Alejo Carpentier enfatizó nuestra condición de continente mestizo, posición que en este libro defienden Abel Posse, Dina Picotti, Néstor Taboada Terán y otros. En verdad, es algo que no se puede poner en tela de juicio, siempre que se hable de un hecho para reconocerlo como tal, y no de un argumento para obrar sobre lo diferente. La actitud científica no pasa por exaltar en bloque el mestizaje, si no por rastrear en cada fenomeno cultural el origen de sus componentes y la forma en que se fueron imbricando.

AQUEL ENCUENTRO DE DOS MUNDOS

(Relato)

El día que el Papa llegó al Cuzco, la otrora capital del Imperio de los Inkas, parecía un país ocupado por los ejércitos celestiales del apóstol Santiago. Los palacios y edificios cubiertos por lienzos vaticanos y leyendas alusivas. Queremos seguir siendo tu alegría. Víva el SantoPadre. Totus tuus (Soy todo tuyo). Kantutas efímeras, leves aromas, ante la presencia del magno monarca espiritual. Divino mago que resucita muertos, retorna la vista a los ciegos y da salud a los enfermos. La orgullosa y arrogante Ciudad Eterna lucía como una niña que va el primer día a la escuela: bañada, peinada, cortadas las uñas y con un flamante guardapolvo. 0 también, como la casa limpia dispuesta a recibir huéspedes hipercríticos. El dinámico gobierno criollo trataba de mostrar una imagen inédita de ciudad sudamericana, alejada del tercer mundo. De las recovas públicas desterró las ratas, la mugre y la hediondez tradicionales. El asna phutun. Las paredes desquiciadas de las casas humildes, zampalimosnas, gozaron de un nuevo revoque y con las pinturas blancas y amarillas adquirieron un aire coqueto. Abrió avenidas, enterró pozos negros, entubó el río que arrastraba basuras, pavimentó calles, reparó edificios escolares, cuarteles y comisarías, hizo desaparecer mendigos de la vía pública y clausuró chifás antiguas, chicherías cotidianas y casas de lenocinio, chuchawasis de los bajos fondos.

El jefe de la Iglesia Católica Apostólica Romana no es que sea importante, es el único importante que hay en nuestro mundo calamitoso, aseguraba el burgomaestre de la ciudad. Mayor acontecimiento no habría por tiempo jamás. Grato honor, por primera vez llegaba al Ombligo del Mundo el sucesor de San Pedro y Vicario de Cristo. Por su recomendación personal, los indios fueron programados en los actos de la visita del Buen Pastor. Dejando de lado su innata pereza e inercia, estaban en la obligación de reiterarle la sumisión y dependencia. Cuanto más auténticos mejor, cuidado con las imitaciones étnicas, ojo con los mestizos. Los mistis cuzqueños no son de fiar, siempre están donde hay que morder algo.

La indiada convocada designó a los markamasis y llajtamasis más descollantes de la comunidad. Se las verían con el nuevo Fray Vicente de Valverde. Quien se apodera del Cuzco se apodera del amor y potestad. El anciano labrador y cuidador de burros y mulos, con los cabellos canosos atados en forma de gavilla, Valeriano Tola Vallejos de Pumapunku; los maestros albañiles Maximino Tambo Ayaviri y Fausto Tita Zurita de Tokokachi y la joven lavandera María Suxo Sillerico de Korimachaway, en condición de Amauta, Kurakas y Ñusta. Juntos, dispuestos a compartir ansiedades y peligros.

ESTE LIBRO

Este libro ha nacido sin un plan previo de elaboración, más primó la espontaneidad de los acontecimientos. Hallándome fuera del país, tuve conocimiento que el Papa Juan Pablo II en visita pastoral al Cuzco, ex capital del Imperio de los Inkas, experimentó un hecho insólito: la jerarquía aborigen, sobreviviente de los quinientos años le hizo devolución de la Biblia que fray Vicente de Valverde, sacerdote dominico de la Conquista, le entregara en Cajamarca al Inka Atau Wallpa.

Este hecho singular, decidí plasmarlo en un relato literario. Encontraba cierta similitud con la narración que hiciera el escritor mexicano Edmundo Valadés en La muerte tiene permiso. Una audiencia de indios solicitaba a las autoridades facultades para sancionar por sus propios medios al terrateniente que cometía excesos en el campo. Presionadas por la porfía, las autoridades accedieron, excepcionalmente. Y es cuando los indios les agradecieron y comunicaron que el terrateniente ya estaba ajusticiado.

Y esto es, justamente, lo que ocurrió con el Papa polaco a su llegada al Cuzco, ser víctima de aquel humor particular que anima a los nativos. El primer borrador no fue de mi agrado. Tiempo después insistí en el empeño. Y salió Aquel encuentro de dos mundos, aplicando los métodos de mis cantatas, coros, lectura de textos y pregoneros, como en La muerte de Atau Wallpa

 


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