CAPILLA DEL
SAGRADO CORAZON

En el fondo, a la izquierda al entrar en el Santuario, encontramos la Capilla del Sagrado Corazón. Es pequeña, agradable y muy recogida, muy a propósito para rezar. En efecto, con mucha frecuencia se ve en ella a peregrinos y devotos recogidos en oración y reflexión.

¿Por qué el Sagrado Corazón?

Por la gran devoción que le tenía San Juan Bosco. El mismo escribió que, después de las revelaciones a Santa Margarita Alacoque,

 
"Era también admirable la devoción de Don Bosco
al Sagrado Corazón de Jesús. La  recomendaba mucho a sus jóvenes...".

Y este amor y devoción los demostró construyendo, hacia el final de su vida y con grandes sacrificios y hasta con humillaciones, la Basílica del Sagrado Corazón, junto a la estación Termini, en Roma.

 

 SUEÑO DE LAS DOS COLUMNAS

En el fondo de la Basílica se pueden admirar dos pinturas en las que aparecen el Sueño de la Balsa y el de las dos Columnas. El 30 de mayo Don Bosco contó que había visto en sueños una batalla terrible en el mar, desencadenada por una multitud de embarcaciones pequeñas y grandes contra una sola nave majestuosa, símbolo de la Iglesia. La nave, tocada varias veces, pero siempre victoriosa, logra echar el ancla, guiada por el Papa, en dos columnas que se levantaban entre las olas. La primera tiene en lo alto una sagrada Forma con el escrito "Salus credentium"; en la otra, más baja, está la estatua de la Inmaculada con las palabras "Auxilium Christianorum".
El de la balsa lo contó Don Bosco en 1866. Arrastrados por una terrible inundación, los jóvenes suben, con Don Bosco, sobre una balsa y ven en el cielo la misteriosa palabra
MEDOUM, que el santo explica como letras iniciales, en latín, de la frase:

"Madre y Señora de todo el Universo, María".Una vez que la balsa llega a un lugar seguro, la Virgen María les dice a los jóvenes:

 "SI SOIS HIJOS DEVOTOS MIOS, YO SERE PARA VOSOTROS MADRE AMOROSA".

 CAPILLA DE LAS RELIQUIAS  -  LA CRIPTA

Entrando por la puerta principal, se encuentra, a la derecha, una escalera que lleva a La Cripta o "Capilla de las Reliquias". Se trata de una nave en forma de cruz latina y recuerda con sus motivos ornamentales y con los símbolos,
las catacumbas cristianas. Se han conservado en ella muchas reliquias y de mártires y santos.
La verdadera joya de esta
Capilla es la reliquia de madera de la Santa Cruz, en una teca, sobre un fondo de alabastro.
 Otro lugar importante es la capillita dedicada a la Virgen, a la que se llama comúnmente "capilla de la aparición" por el sueño de 1845 recordado por Don Bosco:
"Me pareció estar en una gran llanura llena con una muchedumbre incontable de jóvenes. Vi junto a mí a una Señora que me di:

¡En este lugar, en que los gloriosos mártires de Turín Adventor, Solutor y Octavio sufrieron martirio, sobre estas tierras empapadas y santificadas con su sangre,
quiero que se honre a Dios de un modo muy especial".
Y mientras decía esto, adelantaba un pie poniéndolo sobre el lugar en el que sufrieron el martirio y me lo indicó con precisión". Aquel lugar está marcado en el suelo con una cruz de metal dorado.


En sendos altares se conservan los restos mortales del Beato Miguel Rua, primer sucesor de Don Bosco, y del Beato Felipe Rinaldi.

BEATO MIGUEL RUA

Miguel Rua había nacido precisamente en Turín-Valdocco. A los ocho años se encontró con Don Bosco y le pidió una estampa. El Santo hizo el gesto de cortarse una mano mientras repetía al niño: "Toma, Miguelín, toma: nosotros dos haremos las cosas a medias". Había visto cómo iban a ser las cosas: Don Rua será el más fiel colaborador y su primer sucesor en la guía de los Salesianos. Fue un trabajador incansable y el organizador genial de la joven Sociedad Salesiana. Don Bosco decía de él: "Si tuviese diez Don Ruas, iría a la conquista del mundo". Y:
 "Don Rua, si quiere, puede hacer milagros. Si yo quisiese señalar un aspecto en el que no viese en él las virtudes en grado perfecto, no podría hacerlo, porque no encontraría ese punto".
Un gran trabajador y un gran santo, exactamente como Don Bosco.
Fue declarado
beato por Pablo VI el 29 de octubre de 1972.

BEATO FELIPE RINALDI

Beato FELIPE RINALDI (1856/1931) tercer sucesor al frente de la Sociedad Salesiana. Como Miguel Rua, Felipe conoció a Don Bosco desde niño. Pero no se dejó conquistar por él hasta la edad de 21 años. A Don Rinaldi se le considera el verdadero fundador de la obra salesiana en España y Portugal.
Fue el fundador genial (para aquellos tiempos) del floreciente Instituto Secular de las VOLUNTARIAS DE DON BOSCO (VDB).

 

Hombre de profunda piedad, vida interior y devoción filial a María Auxiliadora, fue declarado beato por Juan Pablo II el 29 de abril de 1990.

Un pensamiento espiritual escrito a sus hijas VDB:
 
¿Qué tenéis que hacer para tener vida? Ante todo, rezad para sentiros animadas todos los días y llevar la cruz que el Señor os ha asignado; es lo primero que tenéis que hacer. Además, haced bien cada una vuestros quehaceres, los propios de vuestro estado, como Dios quiere, en vuestra condición; y esto según el espíritu del Señor y de Don Bosco".

En la Cripta se conservan también objetos que pertenecieron a los primeros mártires salesianos
         

       
 MONS. LUIS VERSIGLIA
y P. CALIXTO CARAVARIO

que fueron alumnos de la Casa Madre de Turín-Valdocco (Luis Versiglia conoció también a Don Bosco). Fueron declarados santos por Juan Pablo II el 1º de octubre de 2000.

Luis Versiglia nació en Oliva Gessi (Pavía) en 1873. A los 12 años fue a estudiar a Turín-Valdocco con la condición de que no se hacía sacerdote. Pero la gracia de Dios, el ambiente saturado de religiosidad y de entusiasmo misionero y, naturalemente, el encanto y la santidad de Don Bosco, ya en los últimos años de su vida, transformaron el alma del muchacho. Oyó que el Santo de los jóvenes le decía un día: "Ven a verme, tengo algo que decirte ".
No pudo hablar con él, porque Don Bosco murió poco después, pero se lo ganó lo mismo y de ese modo al final de sus estudios pidió sencillamente 'quedarse con Don Bosco' con la secreta esperanza de irse como misionero algún día. Hizo los estudios de filosofía y teología en Roma, pero al mismo tiempo desplegaba una intensa actividad pastoral en el Oratorio del Sagrado Corazón junto a la estación Términi de Roma. Fue después profesor y asistente de los novicios en Foglizzo, junto a Turín, como un eficaz formador, de personalidad cordial y buen amigo de todos. A los 33 años partió como jefe de un pequeño grupo de salesianos hacia China. En 1920 fue consagrado obispo y nombrado Vicario Apostólico de Schiu Chow.

Allí, en 1929, Mons. Versiglia consagró como sacerdote al salesiano Calixto Caravario. Éste había nacido en Cuorgné, cerca de Turín. También estudió en Turín-Valdocco. Y allí, en 1922, se había encontrado con Mons. Versiglia y le prometió: "Le seguiré a China". Y así fue. El 23 de febrero de 1930 partieron juntos para un largo viaje apostólico. Pero dos días más tarde encontraron juntos la muerte a manos de bandidos comunistas. Los mataron porque eran misioneros católicos que predicaban el Evangelio de Jesucristo, y por haber defendido a unas jóvenes catequistas que viajaban con ellos y a las que los bandidos querían llevarse consigo. Esos dos mártires salesianos murieron no sólo por su fe en Jesucristo, sino también por haber defendido la dignidad de la mujer. El Papa Juan Pablo II los declaró santos en Roma el 1 de octubre del Año Jubilar 2000. Su fiesta se celebra el 13 de noviembre.

 LA SACRISTÍA DE LA BASÍLICA

Como todos los grandes santuarios, la basílica di María Auxiliadora dispone de una amplia sacristía situada junto a la galería contigua al altar mayor. No es sólo grande y luminosa, sino también muy práctica, especialmente en las grandes celebraciones, cuando participan muchos concelebrantes. Cuenta con dos accesos al Santuario que facilitan los servicio religiosos.
Además del gran armario en el que se guardan los ornamentos litúrgicos hay varios reclinatorios junto a la pared que da al santuario. Son elegantes en su sencillez y utilidad: ofrecen a los sacerdotes la oportunidad de prepararse a la celebración de la misa. Alguna vez se usan también como confesionarios para los fieles que van a la sacristía a pedir orientación o consejo.
El suelo y el zócalo son de mármol. Hay también un sencillo y artístico lavabo con mármoles especiales. La sacristía está adornada con seis interesantes cuadros del pintor Crida, que reproducen algunos momentos de la vida de Don Bosco y dan la grata sensación de ver todavía al Santo pasear por su querido Santuario de María Auxiliadora de Turín-Valdocco.
Los presentamos y explicamos brevemente.

En el primer cuadro el pintor presenta a Juanito Bosco como un pequeño catequista, junto a la pobre casa en que nació. Está sentado en una cesta y rodeado por un grupo de compañeros que, después de haber estado jugando animados por él, escuchan muy atentos lo que dice.
Don Bosco diría más tarde que la Congregación Salesiana había nacido de una Catequesis.

El segundo cuadro representa la escena del encuentro de DonBosco con el huérfano Bartolomé Garelli en la sacristía de la iglesia de San Francisco de Asís de Turín; encuentro histórico que tuvo lugar el 8 de diciembre de 1841, y que marcó el comienzo de su misión apostólica de los jóvenes. Primero en Turín y después en el mundo por medio de toda la Familia Salesiana.

En el tercero cuadro encontramos al misterioso perro 'Gris' que se 'apareció' varias veces en la vida de Don Bosco, cuando le amenazaron de muerte los enemigos de su obra. Y el misterioso 'Gris' le libraba de peligros. (No se pone en duda la existencia del 'Gris' porque le vieron muchísimas personas, entre las que estaba Mamá Margarita, la madre de Don Bosco; pero se discute sobre 'quién' era o 'qué cosa' podía representar).

En el cuarto vemos a Don Bosco que escucha las confesiones de sus muchachos. Daba mucha importancia al sacramento de la Reconciliación. Lo consideraba como una de las columnas de la formación cristiana que hay que dar a los jóvenes (junto con la Eucaristía y la devoción a María Auxiliadora). El muchacho al que confiesa es Pablo Albera, que llegaría a ser su segundo sucesor al frente de los Salesianos, después de don Miguel Rua.

El quinto cuadro presenta la figura de Don Bosco en medio de sus jóvenes, que le miran llenos de afecto y le escuchan con veneración. En el fondo de la pintura aparece el primer edificio construido por él en Turín-Valdocco.
El 31 de enero de 1988, primer centenario de su muerte, el papa Juan Pablo II proclamó a Don Bosco 'Padre y Maestro de los Jóvenes'.

La última pintura muestra a Don Bosco que vuelve a Turín-Valdocco llevando consigo a Mamá Margarita (el 3 de noviembre de 1846). Margarita ayudó a Don Bosco durante diez años en su misión con los jóvenes, siendo su mejor compañía, aconsejándole, animándole y haciendo también de madre de los primeros muchachos acogidos en la pobre casa Pinardi. Muchos de ellos eran huérfanos. Está introducida su causa de beatificación y canonización.





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