Museos Vaticanos

Lo mejor

Escudo de Armas de la Ciudad del Vaticano Muy recomendado:

la Capilla Sixtina;


las Estancias de Rafael;

el Laocoonte, nel grupo escultórico más famoso de la Antigüedad.

Tampoco debemos pasar por alto los frescos que reproducen planos de ciudades - destacamos el de Venecia - y los bellos tapices de las galerías que conducen a la Capilla Sixtina.



Capilla Sixtina

Capilla Sixtina. Bóveda de Miguel Angel

La Capilla Sixtina está situada al final del vasto complejo de pasillos y galerías que conforman los Museos Vaticanos. (Ver Información Práctica).

Una vez en el interior y debido a la inmensidad del museo es mejor elegir uno de los itinerarios sugeridos, señalados con diferentes colores.

Hay que reservar fuerzas para visitar la Capilla Sixtina y las Estancias de Rafael, a media hora de camino de la entrada principal. La visita nos puede llevar desde un par de horas hasta una mañana entera pero para disfrutar plenamente de las maravillas que esconden estos siete kilómetros de galerías son necesarios de dos a tres días.

Los frescos de Miguel Ángel (1475-1564) que decoran las paredes y la bóveda de la Capilla Sixtina han sido restaurados recientemente. Utilizando las técnicas más innovadoras un equipo de expertos de reconocido prestigio ha recuperado sus colores originales retirando las capas de moho y los sedimentos de humo de vela de la superficie.

Las nueve escenas de la bóveda representan el Libro del Génesis: Dios separando la luz de las tinieblas, la Creación del sol y de la luna, la separación de la tierra de la aguas, la Creación de Eva, el Pecado original, el Sacrificio de Noé, el Diluvio, la Embriaguez de Noé y la Creación de Adán.

Capilla Sixtina, detalle de la bóvedaEl estudio de las manos de ésta última escena, que muestra a Adán recibiendo la gracia y la fuerza de Dios, hace alusión a la relación entre el joven pintor y el viejo y autoritario papa. La Creación de Adán y la Mona Lisa (1452-1519, obra de su contemporáneo Leonardo Da Vinci, expuesta en el Louvre de París) están consideradas como las obras de arte más grandes de todos los tiempos.

Cuando pintó estas escenas Miguel Ángel era un hombre joven y optimista. Revolucionó el arte de los frescos aportando una iconografía y un estilo propios. La relación de amor y odio que durante años mantuvo con el prepotente papa inspiraría la mayor parte de su obra.

A diferencia de las pinturas que decoran la bóveda de la Capilla, la que completa la decoración de las paredes laterales, “El Juicio Final”, refleja el cambio de actitud de Miguel Ángel hacia el cristianismo. El maestro la pintó un cuarto de siglo después de aquellas.

Las cosas habían cambiado en el seno de la Iglesia: Lutero iba a propiciar el cisma protestante -y la Contrarreforma- y el papa había sido encarcelado por el ejercito del emperador Carlos V tras saquear la ciudad (1527).

Miguel Ángel, hombre del Renacimiento, escritor y pensador insaciable creía que el saqueo de Roma había sido provocado por Dios para castigar la “esencia pecadora del hombre”. Esta visión tan pesimista se refleja en la escena en que los muertos son sacados de sus tumbas y llevados ante Cristo, el Juez, para ser conducidos al Paraíso o al Infierno, según las buenas o malas acciones que hubieran cometido.

Capilla Sixtina

Historia

1477-80. El papa Sixto IV della Rovere ordena construir esta capilla siguiendo las indicaciones de la Biblia, a imagen y semejanza del Templo de Salomón. El pontífice transforma el Vaticano en un palacio renacentista y encarga la decoración de sus paredes y techos a los mejores artistas de la época, entre ellos Miguel Ángel, Perugino y Botticelli. Rafael diseña los tapices.

1508 - 12. El papa Julio II della Rovere, nieto de Sixto IV, uno de los hombres más audaces de la época (él mismo combatía en las guerras de reconquista de los dominios del papado), amenaza con atacar Florencia para presionar a Miguel Ángel y forzarle a pintar los techos de la capilla Sixtina. El gran maestro tardó cuatro años en completar las 300 figuras de brillantes colores que decoran los 800 metros quadros de techo. Miguel Ángel rechazó toda ayuda y trabajó en solitario desde un andamio construido especialmente para él.

1534 - 41. Al cabo de 22 años, un papa florentino, Clemente VII Medici, encarga a Miguel Ángel la realización de unos frescos para decorar la pared posterior de la capilla. La pintura representa el Juicio Final y el maestro trabajó en ella durante seis años. La mayoría de las 250 figuras eran, en su origen, desnudos. Los paños estratégicamente colocados fueron añadidos posteriormente para contentar a los moralistas de la época.

Hoy en día en la capilla tiene lugar la elección de los papas. Los cardenales con derecho a voto (todos los que no superen la edad de 80 años) son confinados en unas estancias adyacentes. Sentados en tronos con baldaquino votan dos veces al día hasta alcanzar la mayoría necesaria (dos tercios de los votos). Con el famoso “Habemus Papam” el más anciano de los cardenales tiene el privilegio de anunciar la llegada del nuevo papa. Si en las votaciones no se alcanza la mayoría necesaria ésta se hace saber quemando las papeletas de los votos con paja mojada para producir un intenso humo negro; por el contrario, cuando se alcanza el quórum se queman las papeletas con paja seca para producir el humo blanco que anuncia la elección del nuevo pontífice.


Viale Vaticano (Mapa A 2)

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