Trastevere

Paseos

Porta SettimianaPorta Settimiana

Reconstruida en el siglo XV antiguamente señalaba los límites de Roma (la Via della Lungara quedaba fuera de la ciudad).

Las primeras noticias sobre su existencia datan del siglo II d.C. Marcaba la entrada de las posesiones en el campo del emperador Settimio Severo. A finales del siglo III d.C. se incorporó a la muralla Aureliana para reforzar la defensa de la ciudad.

No pasemos por alto los carriles por donde bajaba la primitiva puerta. Ésta fue reformada en varias ocasiones: en 1451, en 1798 y la última en 1995.

En sus muros han sido excavados pequeños apartamentos: los inquilinos disfrutan de espléndidas vistas. Se cuenta que por aquí merodea algún que otro fantasma. No pasemos por alto los frescos que decoran los lados de la Puerta; todavía hoy visibles a pesar de su evidente deterioro.

Cruzando la Porta Settimiana entramos en el corazón del Trastevere

Muy recomendado: la Fornarina. El Restaurante Romolo es una de las tabernas más antiguas de la ciudad. Está situada en la parte posterior de la casa donde vivió "La Fornarina", hija de un panadero y famosa por ser la amante y modelo de Rafael.
Se cuenta que el pintor estaba tan unido a ella que se le rompió el corazón cuando el papa, en connivencia con Agostino Chigi, la hizo desaparecer por considerar que el maestro dedicaba demasiado tiempo a las artes amatorias en detrimento de sus compromisos artísticos.

Via Porta Settimiana, 8


Piazza della Scala

En esta zona veremos numerosas casas medievales reconocibles por los contrafuertes que sujetan los muros. No pasemos por alto la antigua alquería sita en el nº 54. En la Edad Media era el feudo de la familia Stefaneschi, famosa por el poder que alcanzaron sus mujeres: cuando se casaban transmitían el apellido a los maridos.


Vecchia Farmacia della ScalaVia della Scala

Esta farmacia fue inaugurada en 1523 por los monjes carmelitas para ayudar a los enfermos y a los necesitados. Los monjes inventaron una especie de jarabe rojo, el “Acqua della Scala”, que curaba distintos tipos de peste.

La Roma medieval y renacentista fue asolada por multitud de enfermedades endémicas: la peste bubónica (transmitida por la picadura de una pulga que previamente había sido infectada por una rata); la disentería (muy difundida por el mal estado de conservación de los alimentos); el tifus (muy difundido por la insalubridad de las aguas: el agua potable se mezclaba con las aguas residuales por las continuas crecidas del Tiber.

Quedaban atrás los avances en ingeniería desarrollados por los antiguos romanos para eliminar las aguas residuales de la ciudad y la malaria que atacaba a la población en verano cuando los mosquitos se multiplicaban en las aguas estancadas de charcas y lagos. En el siglo XVI cuatro epidemias de peste asolaron Europa: las de 1523, 1527, 1538 y 1558.

En 1726 los remedios a base de hierbas del fraile Basilio se hicieron tan famosos que hasta los reyes y cardenales los requerían para curar sus males. El popular fraile instituyó un programa de estudios para farmacéuticos principiantes.

La vieja farmacia, en el piso superior, todavía conserva la apariencia original con los recipientes de mármol donde se guardaban los brebajes.

Piazza della Scala, 23. Tel. 06 5806217.


S. Maria della Scala

Esta iglesia fue construida en 1592 para custodiar la imagen milagrosa descubierta en las escaleras -de ahí su nombre-de una antigua casa medieval situada al otro lado de la plaza. El bello baldaquín del altar, obra de Carlo Rainaldi, fue añadido en 1650.

Piazza della Scala


Museo del Folclore

El edificio que alberga el museo (ver Museos), adyacente a la Chiesa di Sant’Egidio, era un antiguo convento carmelita. El museo contiene interesantes “tableux” que reproducen escenas de la vida romana de hace 300 años, así como copias de las estatuas que decoran la ciudad.

Muy recomendado: el cuadro “Festival dei Moccoletti in Via del Corso” de Ippolito Caffi (1809-1866) que muestra cómo se divertían los romanos apagando velas en Carnaval.


Piazza Sant’Egidio, 1b. Tel. 06 5816563

Salgamos de la plaza y tomemos el camino de la izquierda, hacia la Via della Pelliccia. Una vez allí no pasemos por alto la casa medieval sita en el nº 29 del Vicolo del Piede.

Giremos luego a la izquierda, en el cruce de Via della Fonte dell’Olio, y admiremos las casas de la derecha. Éste fue el trayecto que, según el milagro de la Fontana dell’ Olio, recorrió el aceite (Olio), probablemente petrolio, hasta que desembocó en las aguas del Tiber.


 
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