Country:
Argentina
Language:
Spanish
|
A comienzos de 1999 el equipo de la Defensoría del Pueblo de la
Ciudad de Buenos Aires planteó la idea de producir un proyecto
para una Ley ambiental y experimentar un mecanismo participativo, con
todos los actores sociales posibles, para la construcción colectiva
de ese proyecto.
La Ciudad de Buenos Aires, en razón de su joven autonomía,
carece de un texto legal que exprese los principios generales a seguir
en el tema de preservación del Patrimonio Natural y Cultural. Es
una necesidad de la gente que la habita, la sanción de una Ley
Marco para la integración de las políticas urbanas y ambientales
con las de preservación patrimonial en las condiciones particulares
de la Ciudad.
¿Por qué una Ley Marco?
Para que proporcione criterios uniformes para el dictado de las leyes
específicas que permitan la protección de cada tipo de patrimonio;
desde las partituras de tango hasta las aves de la Ciudad, desde los edificios
históricos hasta las tradiciones orales.
Una Ley Marco es una herramienta dúctil y compleja, que articula
el crecimiento sustentable con la preservación de su identidad
histórica; a través de la protección de los distintos
tipos de patrimonio.
El Defensor Adjunto de Medioambiente, Lic. Antonio Elio Braylovsky y su
equipo, decidieron producir un megaevento, bajo la forma de un Seminario-Taller
masivo que convocara a todos los interesados en el tema, con especial
énfasis en promover el diálogo y asegurar la participación
de sectores profesionales que tenían serias discrepancias entre
sí, o, aún más, que estaban enfrentados.
El primer paso para la realización del Seminario-Taller, consistió
en la Recopilación de todos los antecedentes legislativos, documentos
internacionales útiles y armado de cuadros comparativos; para que,
ante cualquier aspecto del tema, los participantes pudieran saber al instante
de qué modo lo tratan distintas normativas del país y del
exterior. El objeto era que se atrevieran a pensar en términos
de una Ley moderna y no en retoques a nuestras normas arcaicas. En particular,
que le fueran perdiendo el miedo a tratar conjuntamente el patrimonio
natural y el cultural, tal como la UNESCO viene pidiendo desde hace un
cuarto de siglo.
Esta fiesta de la participación ciudadana en la tarea legislativa
basada en el consenso, se presentaba amenazada por el elevado tenor de
conflictividad existente entre entidades académicas, ONGs, partidos
políticos e individuos de la comunidad.
Antes de pasar al segundo paso, el equipo organizador acuerda con el Defensor
Adjunto del Pueblo, Dr. Alejandro Nató; responsable del Centro
de Mediación Comunitaria de la Defensoría, incorporar al
proyecto un equipo de mediadores profesionales, que garantizando la comunicación
efectiva, pudiera prevenir y desactivar las situaciones de conflicto que
se presentaran; cuidando, resguardando y coordinando el protagonismo de
los participantes.
En consonancia con la propuesta de convocatoria a todos los actores sociales
involucrados, el Centro de Mediación Comunitaria de la Defensoría
del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, integró el equipo de trabajo
interdisciplinario con mediadores de distintos ámbitos, que por
su inserción comunitaria, experiencia y capacitación, estuvieran
en condiciones de responder al desafío de consolidar este nuevo
campo de aplicación de la mediación.
El equipo de mediadores estuvo integrado por:
· Aprea, Adriana (coordinadora) Psicóloga Defensoría
del Pueblo de Bs. As.
· Crespi, Teresa Lic. Psic. Ministerio de Justicia de la Nación.
· Gutierrez de Urquijo, Leonor Lic. Psic. Ministerio de Justicia
de la Nación.
· Quiroga, Edith Abogada Defensoría del Pueblo de Bs. As.
· Radrizzani Goñi, José María Cr.P.N. Defensoría
del Pueblo de Bs. As.
· Ruiz, Adriana Ps.Soc. Ministerio de Justicia de la Nación.
· Salzman, Amalia Cra.P.N. Defensoría del Pueblo de Bs.
As.
· Tula, Antonio Abogado Mediador independiente.
· Velazquez, Susana Abogada Defensoría del Pueblo de Bs.
As.
El segundo paso consistió en la convocatoria a varias reuniones
previas con los profesionales interesados en el tema, para ir consensuando
con ellos el índice del proyecto: ¿De qué tiene que
hablar la Ley? ¿Qué temas tiene que tocar? En esta etapa
comienza a participar el equipo de mediadores; lo que permitió
solucionar, ya en esta instancia, temas con elevado nivel de conflicto.
Al Seminario-Taller, que se realizó en la Legislatura local, fueron
invitados públicamente todos aquellos que tuvieran interés
en hacerlo, sin ningún tipo de condicionamientos, Se contó
con la presencia de los principales especialistas de la Ciudad y del país
en temas de patrimonio natural y cultural.
En esta instancia, se discutió en comisiones sobre la base de con
preguntas específicas, que apuntaban a que desarrollaran el mismo
índice del proyecto previamente consensuado: ¿Qué
tiene que decir la Ley en dominio y jurisdicción? ¿Cómo
organizar la autoridad de aplicación en un tema eminentemente interjurisdiccional
y transdisciplinario? ¿Cómo tiene que tratar el tema del
financiamiento? ¿Y el de las sanciones? ¿Cómo tiene
que definir las relaciones con el Gobierno Nacional? ¿Y las categorías
de manejo? ¿Qué hacer con algunos temas específicos,
como los bienes patrimoniales de los cultos religiosos?
A ese Seminario-Taller no fue llevado un texto para imponer, sino que
la propuesta era la construcción participativa. En cada comisión
participó un coordinador temático y un mediador profesional
perteneciente al Centro de Mediación Comunitaria, para contribuir
a la resolución de conflictos. La propuesta fue suficientemente
convocante como para que todos ellos trabajaran ad honorem.
Cada comisión redactó sus propias conclusiones y el segundo
día se arribó por consenso a un documento base en plenario,
para asegurar la coherencia del proyecto en su conjunto.
Sobre la base de ese documento, el equipo de la Defensoría Adjunta
redactó un anteproyecto de Ley, y, luego de su circulación
entre todos los participantes, se realizó una nueva reunión
en la Legislatura donde se preguntó: ¿Este anteproyecto
refleja el consenso de la gente que está trabajando en el tema?
¿En qué nos equivocamos? ¿Qué le falta o qué
le sobra?
De este modo se terminó de consensuar el texto, que de anteproyecto
pasó a ser proyecto, al incorporarle las modificaciones propuestas
en esa última reunión y enviarlo a la Legislatura de la
Ciudad de Buenos Aires.
Para el equipo de mediadores, este proyecto se configuró como una
extensa y compleja red de mediaciones multipartes, que se desarrollaron
en las reuniones previas, en las comisiones de trabajo y en los plenarios;
en la cual se co-construyeron canales de protagonismo ciudadano adecuados
a los nuevos tiempos de la democracia participativa de la República
Argentina.
En una primera aproximación al balance de la experiencia podemos
decir que:
- Recibieron la información completa (por e-mail o por diskeete),
con todos los antecedentes necesarios para participar, más de 2.000
personas e instituciones.
- Trabajaron en forma directa 265 personas, de diversos orígenes
profesionales y políticos.
- Demostramos que es posible trabajar participativamente en esa escala
y con esa cantidad de gente, aún en un tema muy técnico
como éste, y en el cual existían posiciones antagónicas
diversas.
- Se pudo consensuar un texto del que todos se sienten autores.
- La calidad técnica del proyecto es enormemente superior de la
que hubiera salido con uno o unos pocos autores.
Para los mediadores, la tarea concreta de trabajo en este proyecto legislativo
basado en el consenso, mas las reuniones del equipo, insumió mas
de 70 horas de trabajo voluntario. El tiempo de preparación personal,
estudio, y elaboración de conceptualizaciones, es imposible de
mensurar. La consolidación de este nuevo ámbito de aplicación
de la mediación, justifica ampliamente nuestros esfuerzos y nos
enorgullece a todos los que participamos en él.
|
ADRIANA APREA
Mediadora - Psicóloga Coordinadora operativa del equipo de mediadores
de la Defensoría adjunta de la Ciudad de Buenos Aires; para Medioambiente,
Comunicación y Urbanismo.
AMALIA SALZMAN Mediadora - Profesional de Ciencias Económicas
Miembro del equipo de mediadores de la Defensoría adjunta de la Ciudad
de Buenos Aires.
|
|
El trabajo de este equipo de mediadores era un desafío, una oportunidad,
y una tremenda responsabilidad.
El equipo fue incluido en la segunda etapa de este proyecto, cuando en
las reuniones se trataba de consensuar con los profesionales de las distintas
áreas los temas a incluir en las discusiones de las comisiones,
y la forma de plantear las preguntas para que motivaran un intercambio
fructífero.
Lo único que teníamos claro en ese momento, era nuestra
misión: debíamos administrar los conflictos que se suscitaran,
de manera tal que fueran motores de enriquecimiento de la experiencia,
y no causa de estancamiento en las discusiones, y pobreza en las conclusiones.
Debíamos garantizar el consenso a través de técnicas
de comunicación. Pero Cuales? De que manera? Quiénes de
nosotros intervenían? Cuando?.
Tuvimos que trabajar en un marco de incertidumbre, " Haciendo camino
al andar" en el decir del poeta Antonio Machado.
Los mediadores proveníamos de distintas instituciones, y diversos
ámbitos de aplicación de la mediación. Algunos ya
trabajaban en equipo entre sí, por lo que había sub-grupos.
Estas circunstancia configuraba una realidad difícil de liderar;
hubo antagonismos dentro del equipo; había que motivar un trabajo
arduo, y no remunerado.
Consensuamos entre nosotros las estrategias de intervención.
Circularizamos nuestros conocimientos sobre técnicas aplicables.
Rediseñamos técnicas, para responder a las necesidades de
la tarea específica.
Construimos nuestro rol a partir de entrenamientos en la Creación
de Escenarios Hipotéticos.
Todos los integrantes del equipo de mediación trabajamos altamente
motivados y conseguimos una gran satisfacción en esta tarea.
Quizá lo más destacable sea la sintonía que se estableció
entre los integrantes del equipo, quienes, en el momento de mayor intensidad
de la tarea, trabajando cada uno en su comisión de manera diferente,
armonizaban la sinfonía mágica del espíritu de la
mediación. Los mármoles majestuosos de la Legislatura Porteña,
ámbito natural de la representatividad ciudadana, aportaban la
acústica perfecta.
|
|
|
Fueron varias las técnicas que adaptamos sobre la marcha, y de
acuerdo a las necesidades de cada grupo en particular.
Las que vamos a consignar aquí son solo dos de las que rediseñamos
por consenso entre el equipo de mediadores; y una que configuramos sobre
la marcha.
La primera es aplicable cuando una intervención estanca la producción
e irrita a los demás participantes, llevando a los coordinadores
temáticos a poner límites. El resultado es que el orador
se siente incomprendido y rechazado, perdiendo la legitimidad frente al
grupo.
Esto ocurre cuando las intervenciones abundan en anécdotas, quejas
contra la eficiencia de los Organismos Gubernamentales, y largas reseñas
sobre las acciones emprendidas por la organización a la que pertenece
el hablante; quién en la fascinación de sus propias palabras,
no lograba precisar propuestas.
Apunta a que el orador comprenda lo que se espera de él, crea responsabilidad
y compromiso, brindando una consigna clara del proceso de síntesis
necesario para satisfacer las expectativas del grupo.
La segunda, es adecuada para las situaciones de impasse, estancamiento,
falta de productividad, las cuestiones que ineludiblemente deben estar
tratadas, pero que no motivan al debate.
Como mediadores experimentados, no le temíamos a las discusiones
acaloradas, sino a la indiferencia.
Permite estimular la reflexión individual o grupal, estimula la
participación, y facilita la reformulación consensuada.
Al producirse situaciones no previstas, tuvimos que recurrir a nuestra
entrenadísima creatividad de mediadores, elaborando respuestas
sobre la marcha, a las que bautizamos a posteriori.
Merece comunicarse la que aplicamos en ocasión del estancamiento
caracterizado por la desesperanza, que se produjo en uno de los grupos,
en el cual acordaban que debían consignarse opciones; pero ninguna
les parecía viable.
Su implementación permitió al grupo superar el estancamiento,
incrementando su productividad.
Sabemos que todas estas técnicas tienen sus antecedentes en la
teoría de la comunicación, la dinámica de grupos,
la psicología, y tantos otros campos de estudio de las relaciones
humanas. Solo reconfiguramos nuestros saberes en pos de la misión
que nos competía.
Entendemos que configurándolas y comunicándolas estamos
aportando a la consolidación transdisciplinaria de la mediación.
|
|
|
En cuanto a la difusión
de esta experiencia, utilizamos los medios a nuestro alcance, ya que no
existen fondos asignados a tal fin.
Todas las personas o entidades que participaron o fueron notificadas de
este evento, recibieron, vía correo electrónico, el texto
del anteproyecto, y una reseña del trabajo del equipo de mediación
que garantizó el consenso.
Nuestro compromiso con esta difusión es lo que nos ha traído
aquí, para compartir esta experiencia con todos los miembros del
Foro Mundial de Mediación.
En la conceptualización de la tarea realizada, nos proponemos "culturizar"
esta experiencia-compromiso de recoger en la legislación de nuestro
país, las necesidades, demandas, opiniones, saberes y conocimientos;
de todos los que estén dispuestos a participar de la co-construcción
de un sistema jurídico basado en la inclusión social.
Culturizar, significa llevarla al rango de conocimiento compartido y aceptado
por la comunidad internacional; con procesos transparentes; que genere prácticas
donde estos conocimientos consensuados se apliquen en favor de la gente
y la participación social de todos los sectores de la comunidad.
El proceso de mediación, en tanto nivela los poderes, reconoce las
necesidades y legitima los protagonismos; nos parece la forma más
idónea de llevar a la práctica estos objetivos.
En este sentido, los conceptos del politólogo francés Alain
Touraine, vertidos en una entrevista realizada durante su visita a nuestro
país el pasado mes de mayo, nos proporcionan una buena base: "Los
peligros que enfrenta la democracia de hoy son: la falta de representatividad
de los dirigentes y la desconexión entre la política y la
cuestión social. lo que revela la necesidad de una mediación,
un lugar intermedio donde los temas del Estado supranacional o mundial,
y las demandas sociales o culturales fragmentadas, tienen que encontrarse.
Y eso puede ser el Estado nacional, una región, una ciudad, pero
necesitamos un lugar político, un espacio público entre el
mundo de las identidades y el mundo de la economía globalizada."
|
|