Introduzione

3 WMF ITALIA 2000

¿A que juega Colombia?
Conflicto armado y dilemas de negociaciòn.

CHRISTIAN GRIBAUDO

ABSTRACT

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Papers
   

Country:
Colombia

Language:
Spanish

Abocarnos a los procesos de negociación, asimilando conceptos al estudio empírico, y proponiendo un modelo de juego desde la óptica rational choice, constituye nuestro camino metodológico. Es, a la vez, nuestro desafío analítico tratar de determinar deductivamente cómo actuarán diversos actores ante la situación que les presenta varias alternativas, bajo la premisa de la persecución racional de sus fines. Desde este estudio se asume el compromiso de observar y comprender los comportamientos de los actores que participan en el proceso de negociación en Colombia, aportado herramientas para el avance del proceso de diálogo abierto entre el presidente Andrés Pastrana y las organizaciones guerrilleras FARC ( Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia). Introducir la teoría de los juegos, diseñar un modelo de análisis de la conducta racional de dos o más unidades de decisión en interacción recíproca que buscan maximizar sus propios intereses (sean egoístas o no), nos permite interrogarnos acerca de las diversas cuestiones que son la raíz de la futura consolidación de la paz en la compleja realidad colombiana:
* ¿Cómo puede surgir la cooperación? (es decir, ¿bajo que mecanismos?);
* ¿Cómo hacer para pasar de la cooperación a un acuerdo real?.
¿Existe un acuerdo posible?; ¿están dadas las condiciones? ; ¿cuál es el capital de los participantes?; ¿son claros sus intereses?; ¿quién ganará el juego?; Estos interrogantes estarán presentes a lo largo de nuestro trabajo. Si bien algunos de ellos encontrarán respuesta, nuestro principal desafío es abrir nuevas ventanas para imaginar un futuro de paz en un país que sufre una guerra no declarada hace ya más de cuarenta años.


 

 


 

 

 

 

 

 

 

Introducción

 
 


Rational choice y teoría de los juegos en el proceso de negociación colombiano

Abocarnos a los procesos de negociación, asimilando conceptos al estudio empírico, y proponiendo un modelo de juego desde la óptica del rational choice, constituye nuestro camino metodológico. Es, a la vez, nuestro desafío analítico tratar de determinar deductivamente cómo actuarán diversos actores ante una situación que les presenta varias alternativas, bajo la premisa de la persecución racional de sus fines.
Desde este estudio se asume el compromiso de observar y comprender los comportamientos de los actores que participan en el proceso de negociación en Colombia, aportando herramientas para el avance del proceso de diálogo abierto entre el recientemente electo presidente Andrés Pastrana y las organizaciones guerrilleras FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y, en menor medida, el ELN (Ejército de Liberación Nacional).

Introducir la teoría de los juegos, diseñar un modelo de análisis de la conducta racional de dos o más unidades de decisión en interacción recíproca que buscan maximizar sus propios intereses (sean estos egoístas o no), nos permite interrogarnos acerca de diversas cuestiones que son la raíz de la futura consolidación de la paz en la compleja realidad política colombiana:
-¿Cómo puede surgir la cooperación ? (es decir, ¿bajo qué mecanismos?); -¿Cómo hacer para pasar de la cooperación a un acuerdo real ?.

Posiblemente no encuentre el lector una respuesta acabada a este último interrogante; pero sí bucearemos entre las diferentes opciones que abre el juego colombiano hoy, y descifraremos algunos escenarios un poco más proclives al éxito de la negociación.
¿Existe un acuerdo posible ?; ¿están dadas las condiciones?; ¿cuál es el capital de los participantes ?; ¿son claros sus intereses ?; ¿quién ganará el juego ?, Estos interrogantes estarán presente a lo largo de nuestro trabajo. Si bien algunos de ellos encontrarán respuesta, nuestro principal desafío es abrir nuevos ventanas para imaginar un futuro de paz en un país que sufre una guerra no declarada hace ya más de cuarenta años.


1.1 Los supuestos metodológicos

1-No entendemos la conducta humana como una conducta individual básicamente egoísta y racional en sentido restringido, ni tampoco puramente altruista.
1-a-Estudiamos las motivaciones para cooperar en situaciones determinadas.
1-b-Es necesario observar condiciones (voluntad de cooperar, incentivos selectivos, marco de acción, conocimiento previo).

2-Para nuestro análisis tenemos en cuenta:

-la conducta racional y egoísta orientada al resultado,
-la conducta racional y egoísta orientada al proceso,
-y la conducta racional no egoísta.

Al abocarnos al estudio de casos podemos utilizar elementos de una teoría más restringida (orientada al resultado/ A. Rapoport; H. Simon), o elementos de una teoría que abarquen las motivaciones de la acción, guiada por el compromiso social (teoría más extendida/ J. Elster).

3-Para el análisis normativo de la negociación utilizamos la teoría de la elección racional, definiendo racionalidad como la conducta racional que expresa una elección entre fines alternativos sobre la base de un conjunto dado de preferencias y un conjunto dado de oportunidades (posibles alternativas). El costo de oportunidad viene dado por elegir un fin dado.

4-Llamamos situación de juego cuando dos o más agentes racionales definen sus planes de acción en función de lo que suponen serán los planes de los otros, y sabiendo que los otros hacen lo mismo.

5-Tomamos como unidades de comportamiento a un gobierno de un país determinado (Colombia), y al grupo guerrillero con más peso (FARC), aunque identificamos todos los actores que, antes o después, participarán en la mesa de negociaciones. A la vez, tratamos siempre de identificar algún miembro que represente a dichos grupos.


1.2 Los antecedentes

Colombia es un país con el peso de sus casi cuarenta años de enfrentamientos entre grupos guerrilleros y el Estado. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) son hoy los dos grupos insurgentes más poderosos, sumando entre sus filas más de 15.000 hombres armados. Esto significa que existe un verdadero Estado dentro de un Estado formal, con autonomía, poder y capacidad de influencia política, social, económica y cultural. En el sur del país reside el principal desarrollo de esta suerte de Estado paralelo, con cinco municipios -43.000 kilómetros cuadrados-, controlados y "gobernados" por dichos grupos.
En cuanto a los antecedentes inmediatos, observamos los acuerdos de pacificación de 1991 y 1994, cuyo logro fue el desarme de fracciones importantes del EPL (Ejército Popular de Liberación) y del UC-ELN (Ejército de Liberación Nacional). Anterior a esto se produjo la desmovilización del Movimiento Quintín Lamé, del brazo armado del Partido Revolucionario de los Trabajadores y del mítico M-19 (Movimiento 19 de Abril). Este movimiento negoció el tránsito de la lucha armada a la representación parlamentaria, tuvo un primer éxito en la elecciones presidenciales y constituyentes de 1990 (más del 20% en la segunda vuelta), pero le fue mal en las elecciones de octubre de 1991 (legislativas y departamentales). Inercia, asimilación, realismo, son algunos de los términos que elige Jorge Castañeda en "La Utopía Desarmada" para referirse al fracaso del M-19.
El destino del M-19 seguramente flotará hoy en las cabezas de las FARC: de sus acciones presentes dependerá su futuro, y, por supuesto, el de Colombia.
El dirigente del M-19 que llevó a la transformación de grupo en partido, Antonio Navarro Wolff, expresó un comentario que ayuda a comprender qué interpretación le daba al proceso de negociación de entonces:

La diferencia entre nosotros y las guerrillas venezolanas en los sesenta es que estas llagaron a la mesa de negociaciones ya derrotadas. Nunca tuvieron la influencia política y social que consiguió el movimiento guerrillero colombiano. Nosotros fuimos capaces de penetrar en la sociedad, le gustara o no a la gente. Cuando comenzamos a buscarla opinión pública ya teníamos una presencia. Nadie nos derrotó. Más tarde algunos dijeron que habíamos sido derrotados, pero si hubiéramos negociado desde una posición de debilidad, no hubiéramos obtenido lo que obtuvimos, que fue una enorme penetración en la opinión pública. la gente no pensaba que habíamos sido derrotados, sino que simplemente estábamos haciendo lo que había que hacer por el país, abriendo el camino a la paz y la tranquilidad. La guerra de guerrillas no fue en Colombia algo marginal, sino que dio en blanco del país.

Hoy, en otro contexto de negociación, es otro dirigente guerrillero, Manuel Marulanda Vélez (mítico líder de las FARC), quien deja entrever su estrategia de negociación. Desde sus palabras:

Nosotros hemos sido muy claros: despejen los cinco municipios que pedimos para dialogar y allí no habrá confrontación. Para eso es que precisamente pedimos que se libere la zona. Pero no podemos asegurar que en ese momento no se esté combatiendo en otros sitios. Creemos que eso es lo que va a ocurrir. Respecto al cese del fuego, eso se puede ver en el marco de un diálogo: después de un mes o dos o tres, se puede llegar a hacer.[...] Hemos seguido muy de cerca todo el proceso de paz en Guatemala y El Salvador y no podemos decir si el proceso de paz fue bueno o malo, porque cada país tiene sus características . De acuerdo con la experiencia que hemos acumulado a lo largo de cuarenta años de lucha, para resolver los problemas sociales de este país se requiere de la presencia de las FARC. Nosotros haremos un acuerdo en algún momento, pero nuestras armas tienen que estar, tienen que ser la garantía de que aquí se va a cumplir lo acordado. En el momento en que desaparezcan las armas, el acuerdo se puede derrumbar. Ese es un tema estratégico que no vamos a discutir.

Observamos entre ambos algunos puntos en común que nos servirán de base para comprender cómo piensan el proceso de negociación estos grupos, aún reconociendo que son dos contextos históricos bien diferenciados. Así, el uso semántico del nosotros nos devela, en cierto sentido, necesidad de pertenencia e identificación a un grupo, necesidad de legitimarse. En ambos casos, si bien no reniegan del uso de la violencia, se observa el interés por brindar explicaciones ante la opinión pública, buscando apoyo a sus acciones, mostrándose comprometidos con la sociedad, insinuando ocupar el rol de voceros de los sectores más castigados por la crisis económica colombiana -los campesinos cocacoleros. Esta búsqueda de legalización o blanqueo de sus acciones frente a la opinión pública, y la necesidad de supervivencia como grupo, llevó al M-19 a convertirse en partido político, y a las FARC a aceptar el diálogo con la administración Pastrana, persiguiendo el objetivo de despegarse del mote de "narcoguerrilla", una acusación lanzada por las fuerzas de seguridad, y diversos sectores políticos y sociales.

Así, frente a un panorama de violencia política reflejado en los más de 35.000 muertos y el más de 1 millón de desplazados -por causas de marginación social y política-, la guerrilla triplicó su poderío en hombres y en presencia en los últimos 10 años, apelando a la violencia armada contra el Estado como forma corriente de acción política.
El mantenimiento de una ideología (marxismo-leninismo), como factor de integración interna de los grupos guerrilleros, les permitió sedimentar una base social y popular firmes, focalizado en sectores rurales y campesinos con poca inserción en áreas urbanas y grandes ciudades. De esta forma, los grupos guerrilleros aprovechan la situación de deterioro del campo, protegiendo a los campesinos que se encuentran en situación crítica y pasan a dedicarse a los cultivos ilícitos en el sur del país (coca/ amapola). Allí, actúan como el verdadero Estado: tienen dominio territorial, control social y legitimación política.


1.3 Los participantes

- el Gobierno, bajo la figura del recién electo Andrés Pastrana: conservador, promete en su campaña electoral que se reuniría con los jefes guerrilleros. Es electo e inicia el diálogo: el 9 de julio se reúne con Manuel Marulanda Vélez -alias Tirofijo-, líder de las FARC, en la selva colombiana. Tema central: iniciar el proceso de paz. Proyecta el reconocimiento político a las organizaciones guerrilleras y crear un "laboratorio para la paz" en la zona de los cinco municipios. Inicia el retiro de sus tropas de allí para iniciar diálogos, creándose una zona de distención que abarca un 3% del territorio colombiano. A tratar: indultos, salvoconductos a líderes insurgentes.
Víctor Ricardo es su comisionado para la paz. Quiere incorporar al proceso de paz a los grupos paramilitares de ultraderecha. Presentación ante el Congreso de un proyecto de ley en el que se pide un indulto general para los grupos rebeldes que firmen la paz y depongan las armas.

- las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), grupo guerrillero de mayor poder real (casi 15.000 hombres, dominio en cinco municipios: Vista Hermosa, Mesetas, La Uribe, La Macarena y San Vicente de Caguan). Dispuestas al diálogo, pero con armas. No aceptan grupos paramilitares en mesa de negociaciones. Logran de parte del gobierno su primera exigencia: despejar la zona de los cinco municipios; comienza la desmilitarización (vía el acuerdo de la selva, 9-7-98). Exigen que continúe el ex-ministro y ex-senador Leyva (actualmente con asilo político en Costa Rica, investigado por enriquecimiento ilícito en relación a supuestos negocios con el narcotráfico), como uno de los mediadores de las negociaciones. Ofrecen el canje de prisioneros guuerilleros por soldados (parte de los ataques y secuestros de militares responden a esta estrategia de sumar prisioneros para canjear). A cambio, respetarán a todas las autoridades democráticamente elegidas en la región y los derechos civiles de sus habitantes. Ofrecen utilizar el poder de sus fuerzas para reemplazar las plantaciones de coca por cultivos legales.

Otros:

- el ELN (Ejército de Liberación Nacional), segundo grupo insurgente más poderoso. No lo incluímos como actor central del juego porque consideramos que quiere demostrar una capacidad de negociación individual, es decir, alejada de la negociación FARC-Gobierno. Su estrategia reside, pues, en diferenciarse de las FARC como participante para obtener más por sí sólo. Sin embargo, consideramos que el proceso de negociación en algún momento deberá diseñar una mesa única de conversaciones, con participantes, reglas y plazos bien establecidos.

- Autodefensas Unidas de Colombia, organización ilegal que coordina a los grupos de ultraderecha paramilitar que combaten a la guerrilla. Durante los últimos dos años se convirtieron en la facción más violenta del país, al mando de Carlos Castaño. Dispuestas a ser juzgados por el tribunal Penal Internacional de la ONU si los insurgentes hacen lo mismo.

- Otros grupos paramilitares.


1.4 Las estrategias

El Gobierno de Pastrana, percibe como excluyentes la negociación política y la confrontación armada. Abunda el contenido simbólico de sus acciones: "buena voluntad" y "buenas intenciones" para atraer a los grupos guerrilleros a la mesa de negociación. Su extrema cautela y respeto al proceso de diálogo parece opacar su iniciativa política, poniéndose a la cabeza de la negociación y generando las alternativas que lleven al acuerdo.
Su condición de Estado precario, cada vez más debilitado, lo lleva a perder capacidad de manejo de la situación de conflicto, careciendo de un método claro de negociación. Su meta es la paz, pero hay infinidad de caminos para llegar a ella, y fuertes diferencias en lo que la palabra paz significa para los diversos actores.

Los grupos guerrilleros, por otro lado, adoptan como estrategia imponer condiciones en el terreno militar para así imponerlas en el campo de las negociaciones de paz. Estos grupos poseen una percepción optimista de la guerra y están en una etapa en donde todavía encuentran sentido seguir conquistando poder para cuando llegue el momento de negociar definitivamente. En palabras del politólogo colombiano Alfredo Rangel, la guerrilla utiliza el diálogo como arma de guerra.

Es importante no perder de vista el eje central de una estrategia de negociación. William Ury, en su libro "Sí de Acuerdo...Cómo negociar sin ceder", señala cuatro puntos que caracterizan el método de negociación según principios o negociación con base en los méritos:

- Separar a las personas del problema (problema)
- Concentrarse en los intereses, no en las posiciones (intereses)
- Generar una variedad de posibilidades antes de decidirse a actuar (opciones)
- Insistir en que el resultado se base en algún criterio objetivo (criterio objetivo)

Hoy, la negociación es todavía demasiado virgen en Colombia como para elevar un diagnóstico adecuado. Sin embargo, creemos advertir que no se están construyendo bien los cimientos que hacen al proceso, a los medios por los cuales se pretende llegar a un acuerdo real. En otras palabras, se podrían construir mejor. ¿Cuáles son las etapas para llegar al acuerdo?, ¿en qué etapa están las partes hoy?, ¿en la de análisis?...¿en la de planeación?...¿o en la de discusión?, ¿qué tipo de acuerdo persiguen las partes?, ¿en base a qué intereses ?, ¿es lo mismo cualquier acuerdo?, ¿cuáles son los criterios de negociación?. Quizás resulte difícil encontrar las respuestas porque sencillamente las partes no manifiesten claramentes sus intereses y no terminen de explicitar nunca las reglas de juego.

Antes de pasar al juego colombiano, mencionaremos algunos elementos de lo que entendemos por un proceso de negociación eficaz, y algunas aclaraciones en cuanto al poder que serán útiles para el análisis de las estrategias de las partes.

Un proceso de negociación eficaz implica:

- negociar las reglas de juego
- diseñar, imaginar opciones de mutuo beneficio
- implementar criterios objetivos
- dilucidar intereses
- no reducir la negociación a la confianza
- reducir expectativas propias y ajenas
- visualizar momentos oportunos para distintas decisiones (en base a condiciones objetivas)

Algunas aclaraciones en cuanto al poder:

- negociar no significa ceder
- cuanto mejor sea la comunicación entre las partes, mayores serán las posibilidades de ejercer influencia. Esto permitirá conocer los intereses legítimos del otro y lograr un acuerdo en que ninguna de las dos partes se - considere vencida
- los recursos no son lo mismo que el poder de negociación
- inventar una opción elegante da poder
- establecer un compromiso bien pensado da poder
- recurrir a normas externas de legitimidad da poder


Condiciones Iniciales:

2.1 La posición de los participantes

Existe un Estado legal, formal y un Estado ilegal, con un ejército, capaz de ejercer control social y encontrar legitimidad política en el territorio que dominan -los cinco municipios del Sur del país. Ambos Estados tienen reglas propias.


2.2 El capital

El gobierno de Pastrana, recientemente electo presidente, anunció en su campaña que iba a reunirse con los jefes guerrilleros. Fue así que el 9 de julio se inician las conversaciones de paz (reunión de la selva con las FARC). La necesidad de lograr avances en el proceso de paz que lleve a un acuerdo global, trae consigo una serie de concesiones a los grupos guerrilleros: reconocimiento político, desmilitarización de la zona de los cinco municipios. Su condición de Estado débil, con la amenaza permanente del narcotráfico, sin cadenas de crédito internacional, lo llevan a sentarse a negociar con algunas limitaciones. A estas se agrega la falta de una estrategia clara, que se traduzca en una mejora de su capital como actor relevante en la negociación.

Las FARC, como principal grupo guerrillero, cuentan con capacidad y poder, reflejados por el dominio territorial que ejercen en la región sur de Colombia, control social y legitimación política. A esto se suma una asombrosa orientación del proceso hacia sus intereses. Buscan despegarse del mote de "narcoguerrilla", proponiendo ser ellos mismos los que conduzcan el proceso de supresión de las plantaciones de coca por cultivos legales. Pero, obviamente, al constituir un Estado ilegal, su reconocimiento o status político traerá consigo una redefinición de sus objetivos e intereses como grupo.

Aquí reside una de las claves para comprender el proceso de paz, para pensar un acuerdo prudente, eficaz para las partes. Un acuerdo de paz estable, creíble debe incluir un análisis de cuáles serán los escenarios para los diferentes participantes involucrados. Y dentro de una cantidad de alternativas, cual será el que menos perjudique a todos. Todos deben sentir que logran algo, sino el acuerdo corre riesgo de no ser cumplido De la estabilidad o inestabilidad del proceso de negociación, de lo que se diga, de lo que se haga, de lo que empiecen a cumplir las partes -o no-, depende el futuro de paz para Colombia.


2.3 Los intereses

Dos preguntas giran en torno a la dilucidación de los intereses de las partes: Por qué negociar? y/o Por qué no negociar?. Cada parte debería intentar contestarse estas preguntas, para comprender necesidades, esperanzas, temores y deseos. En caso de aceptar las partes iniciar el diálogo, deberían primero responderse que pasaría ante una opción determinada si la respuesta es sí, y que pasaría si la respuesta es no,. Ponerse en el lugar del otro, identificar sus intereses, teniendo bien en claro cuales son los propios.
Mencionaremos sintéticamente los intereses de las partes del juego que nos corresponde analizar:

En cuanto al Gobierno:
à lograr la paz. Esto implica:
· obtener poder real en todo el territorio
· neutralizar y eliminar el narcotráfico
· garantizar el fin de la violencia política, implica acordar con los grupos insurgentes más relevantes
· Obtener la confianza de la banca internacional (créditos para promoción social)

En cuanto a los Grupos Guerrilleros:
à lograr la paz, mientras ello implique:
· conservar su organización, acumular poder, logrando reconocimiento político
· no deponer las armas como garantía al cumplimento de un futuro acuerdo
· ser reconocidos como grupo nacional con base social, que les permita llegar a un acuerdo global en donde se contemplen los problemas del narcotráfico, crisis financiera, marginación de campesinos, etc. Impulsar soluciones a dichos problemas vía una Asamblea Nacional Constituyente

Observar cual sería el impacto de una decisión determinada en los intereses múltiples de cada parte es de vital importancia para el éxito del proceso negociador. Lo es también el de garantizar a la otra parte las necesidades humanas básicas, que -en términos de W. Ury- incluyen: seguridad, bienestar económico, un sentido de pertenencia, reconocimiento y control sobre la vida propia. Las negociaciones que no respeten la satisfacción de dichas necesidades estarán condenadas al fracaso.


2.4 Las reglas

- los grupos insurgentes deberán deponer las armas para un futuro acuerdo global de paz (no hay consenso)
- mientras tanto, se negocia -precariamente- el acuerdo (con o sin guerra)
- las negociaciones se llevarán a cabo en el marco de un territorio desmilitarizado (consenso)

Las reglas resultan poco claras tanto para las partes como para la opinión pública. Hoy, el proceso de paz corre el riesgo de perder credibilidad, de ser boicoteado por actores que ven perjudicada su existencia con la paz, de empantanarse por falta de capacidad para percibir los intereses propios, y del otro. Cuanto antes se clarifiquen las estrategias, más oportunidades para evaluar opciones de acuerdo. Esto no significa revelar secretos, sino no crear misterios donde no los hay, o donde no hay necesidad de hacerlo. A veces es mejor dejar ver una carta (aquella que resulta conveniente para velar por mis intereses), que ocultar un juego que no tenemos, y que por otro lado no estamos dispuestos a jugar.


El juego

Hasta aquí hemos develado diversos interrogantes; también han surgido otros no menos significativos. Sin embargo, no parece surgir de nuestro análisis la respuesta sobre quién ganará el juego (si efectivamente es que existirá algún ganador). Sí sabemos que el juego carecerá de sentido para las partes si estas no respetan una serie de cuestiones hasta aquí advertidas. Cumplir las reglas, garantizar las necesidades básicas de cada parte, pensar desde el principio en el cierre, imaginar las opciones que lleven al logro de un acuerdo exitoso, prudente, real. Los pasos de cada parte deben estar programados, y no deben generar sorpresa en el otro, la ejecución del acuerdo debe contemplar los máximos aspectos posibles (pensar en factores internos, externos, predecibles, riesgo de factores impredecibles, etc.)
Para el caso, el juego ya empezó. Quizás podría haber empezado en una cancha pintada, con tribunas, con reglas claras, con un referee. Algunos de estos elementos hoy no se observan en el proceso de negociación, pero deberán incluirse cuanto antes.

Colombia debería comprender que el poder ya no reside en las armas, sino en el grado de compromiso hacia un proyecto de paz serio y creíble ante ellos mismos y ante el mundo. Pero, ¿qué entienden por paz?, ¿existe un marco de elaboración de un proyecto de paz consensuado entre las partes?. Las actitudes y decisiones que se tomen respecto de la otra parte deben ser estudiadas, previsibles, bajo un diseño de opciones y siguiendo intereses sensatos (no posiciones).

Las FARC deberían despejar el camino de la violencia, y estar dispuestos a abandonar el concepto de paz armada. Ahora bien, le corresponde al Gobierno darle motivos a la guerrilla para que aquello suceda. Esto significa, generar opciones de acuerdo creíbles y beneficiosas para ambas partes, en el plano de la legalidad.
Hoy el Gobierno y las FARC luchan por un lado y "negocian" por el otro. Este escenario es peligroso para por dos motivos: las FARC pueden, por un lado, encontrar así una posición ventajosa que signifique abandonar el interés en la negociación (ya que obtiene mayores beneficios mediante la violencia) mientras que el Gobierno pierde, por otro lado, legitimidad ante la opinión pública colombiana (traducida en pérdida de votos y descontento social), y ante el concierto internacional (pérdida de inversiones y créditos de la banca internacional).

Virgilio Barco, César Gaviria, Ernesto Samper constituyen antecedentes de administraciones anteriores a Pastrana que intentaron poner fin a la violencia con los grupos guerrilleros. Sin embargo, la apuesta hoy es mayor, porque el mundo mira a Colombia, y en el actual contexto de globalización, es el mundo el que le pide a Pastrana que al menos deje ver una carta, para conocer cual es su juego. De no ser así, quedará flotando el peligro de que todo se reduzca a voluntarismo y buenas intenciones. Y nunca podremos decir quien ganó el juego mientras los participantes no se decidan a jugarlo con mayor responsabilidad.

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

Referencias Bibliográficas

 
 
- Aguiar, Fernando (comp.): "La lógica de la cooperación", en: Intereses individuales y acción colectiva". Pablo Iglesias. Madrid, 1992.

- Alfredo Rangel: en entrevista a Clarín, Zona, pps. 9, Buenos Aires, domingo 16 de agosto de 1998.

- Castañeda, Jorge G.: "La utopía desarmada. Intrigas, dilemas y promesas de la izquierda en América Latina". Grupo Editorial Planeta, México,1993.

- Elster, J.: "Rationality, Morality and Collective Action", Ethics, vol.96, pp.136-155, 1985.

- Fisher Roger; Ury, William y Patton, Bruce: "Sí...de acuerdo! Cómo negociar sin ceder" Edit. Norma. Buenos Aires, edición 1997.

- Gobbi, M; Cavaigno, Roque; Padilla, Roberto Gonzales: "Negociación y Mediación". Ad Hoc. Buenos Aires, 1997.

- Manuel Marulanda Vélez, alias Tirofijo, en entrevista a Patricio Echegaray difundida por Clarín, Zona, pps. 14-15, Buenos Aires, domingo 6 de setiembre de 1998.

- Moore, Cristopher W: "El proceso de la mediación. Estrategias prácticas para la resolución de conflictos. Ed. Granica. Buenos Aires, 1995.

- Rapoport, A: "Prisioner's Dilemma-Recollections and Observations", en A. Rapoport (comp.), Game Therory as a Theory of Conflict Resolution, Dordrechc-Holland. D.Reidel Publishing Company, pp.17-34, 1974.

- Simon, H.: "A behavioral model of rational choice" Quarterly Journal of Economics, vol.69, pp. 99.118, 1955.

- Ury, William: "Supere el No! Cómo negociar con personas que adoptan posiciones obstinadas". Edit. Norma. Buenos Aires, edición 1998.

 


 

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